Comencemos por la pregunta acerca de qué se le pude exigir a una primera novela. ¿Debemos leerla –es decir juzgarla, disfrutarla– por su valor intrínseco, por lo que ella es? ¿O debemos imaginar a la novela como un carretel, como un hilo que la autora va a ir desplegando de libro en libro, en el que a la novela inaugural se le toleran ciertas imperfecciones? En el caso de Plan de parto, de Andrea Márquez, no cabe duda de que la respuesta remite a la primera pregunta: novela extraordinaria que poco importa si es el debut, la segunda, la décima o la última de una autora que, también
sin dudas, accede a la literatura porque tiene mucho para decir. Y lo dice con extrema originalidad.
Narración sobre el deseo como un animal salvaje, pero también sobre la memoria, sobre el ámbito familiar y sobre la maternidad, escrita con un estilo que juega con el ocultamiento, con la ceguera de ese deseo, con la tríada entre censura, autocensura y corrección política. Plan de parto gira en torno a una pregunta central: ¿cómo se escribe el deseo?

Plan de parto - Andrea Márquez

$15.000
Plan de parto - Andrea Márquez $15.000

Comencemos por la pregunta acerca de qué se le pude exigir a una primera novela. ¿Debemos leerla –es decir juzgarla, disfrutarla– por su valor intrínseco, por lo que ella es? ¿O debemos imaginar a la novela como un carretel, como un hilo que la autora va a ir desplegando de libro en libro, en el que a la novela inaugural se le toleran ciertas imperfecciones? En el caso de Plan de parto, de Andrea Márquez, no cabe duda de que la respuesta remite a la primera pregunta: novela extraordinaria que poco importa si es el debut, la segunda, la décima o la última de una autora que, también
sin dudas, accede a la literatura porque tiene mucho para decir. Y lo dice con extrema originalidad.
Narración sobre el deseo como un animal salvaje, pero también sobre la memoria, sobre el ámbito familiar y sobre la maternidad, escrita con un estilo que juega con el ocultamiento, con la ceguera de ese deseo, con la tríada entre censura, autocensura y corrección política. Plan de parto gira en torno a una pregunta central: ¿cómo se escribe el deseo?