A pesar del nombre propio con que se intitula, no son estas páginas, una verdadera biografía del personajes designado, como tampoco simples relatos de sus fundaciones en la comarca por él explorada. Con decir que, regularmente, de los conquistadores conocemos muy poco más que su actuación en la conquista, se infiere, desde luego, a qué magros lineamientos quedará reducido su retrato, diseñado con tanta escasez de rasgos y antecedentes individuales. Cierto que, en general, poseemos datos algo más circunstanciados respecto de sus empresas o fundaciones en la tierra; pero, conocido lo rudimental de todas éstas en sus principios, claro está que cualquier reseña descriptiva de las mismas habría de ajustarse de la pobreza y cortedad. Ahora bien: ello dicho y sabido, basta para justificar la extensión de las monografía aquí presentada, atender a otros caracteres de la materia. Todo lo que ésta tiene de mezquino bajo la faz histórica —casi limitada a las hazañas y percances de cortas expediciones descubridoras—, está compensado, y con creces, por la rica y flamante variedad de su faz “geográfica”, ampliando el sentido de la voz hasta abarcar, si se pudiera, los nuevos y múltiples aspectos, así físicos como étnicos, de las regiones descubiertas. Descubrimiento y población: entre sus dos términos esenciales —que respectivamente corresponden a las empresas de Mendoza y Garay—, el ciclo de la conquista rioplatense se ha cumplido en cincuenta años, dejando implantado por más de dos centurias ese triste régimen colonial sofocador de energías latentes, que apenas tolera en estas provincias el crecimiento vegetativo indispensable para la vida y el único adecuado a lánguidos retoños de un tronco exhausto.
Paul Groussac