Es este un libro fundamental, una obra singular y poderosa que tiene al idish, al alemán, al español en el centro de sus reflexiones. Un texto en el que la lengua es puesta en estado de reflexión para que diga, para hacerle decir aquello que los ojos de los testigos y protagonistas han visto y padecido cuando tuvo lugar la Shoáh, el Jurbn, el Gran derrumbe. Este libro es también una indagación en torno a los modos con que los verdugos se esforzaron en torsionar la lengua para diseñar y ocultar la evidencia del crimen. Palabras para decirlo cruza el océano y el tiempo para describir lo ocurrido en el corazón nuestra última dictadura. Y al decir de Perla Sneh, si “el nazismo alteró la lengua alemana y con el tiempo, esa antigua renovación germinó en un terror que cambió la le argentina. ¿Cómo no interrogar sus huellas?”