Las estas Observaciones sobre los colores, escritas por el filósofo Ludwig Wittgenstein durante sus últimos dieciocho meses de vida, constituyen una apasionante pauta crítica en torno a los colores y a la concepción que tenemos de ellos. Alguien puede afirmar que el azul verdoso contiene amarillo, mientras que otro puede afirmar lo contrario, pero: ¿quién está en lo correcto? ¿Hasta qué punto son las palabras las encargadas de inscribir esas diferencias? A través de una prosa aforística dialoga y pone en duda la Teoría de los colores de Goethe. Afirma que no existe el concepto de “color puro”, pues la naturaleza es tan vasta que es imposible concluir a partir de ella aquel concepto. Nos advierte que no estamos en el ámbito de la psicología o la física, sino en el núcleo de una indagación que, reconociendo el aporte fundamental de ambas disciplinas, se aventura a partir de cero. Lo que le interesa a Wittgenstein es cómo se elaboran, ordenan e instituyen nuestros conceptos sobre las cosas. En una enumeración correlativa, va adentrándose y haciendo emerger una reflexión sobre algo tan común y cotidiano como son los colores. Su escritura ilumina nuestra percepción del mundo, para lo que nos advierte: “Siempre hay que estar preparado para aprender algo completamente nuevo”.

Observaciones sobre los colores - Ludwig Wittgenstein

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Las estas Observaciones sobre los colores, escritas por el filósofo Ludwig Wittgenstein durante sus últimos dieciocho meses de vida, constituyen una apasionante pauta crítica en torno a los colores y a la concepción que tenemos de ellos. Alguien puede afirmar que el azul verdoso contiene amarillo, mientras que otro puede afirmar lo contrario, pero: ¿quién está en lo correcto? ¿Hasta qué punto son las palabras las encargadas de inscribir esas diferencias? A través de una prosa aforística dialoga y pone en duda la Teoría de los colores de Goethe. Afirma que no existe el concepto de “color puro”, pues la naturaleza es tan vasta que es imposible concluir a partir de ella aquel concepto. Nos advierte que no estamos en el ámbito de la psicología o la física, sino en el núcleo de una indagación que, reconociendo el aporte fundamental de ambas disciplinas, se aventura a partir de cero. Lo que le interesa a Wittgenstein es cómo se elaboran, ordenan e instituyen nuestros conceptos sobre las cosas. En una enumeración correlativa, va adentrándose y haciendo emerger una reflexión sobre algo tan común y cotidiano como son los colores. Su escritura ilumina nuestra percepción del mundo, para lo que nos advierte: “Siempre hay que estar preparado para aprender algo completamente nuevo”.