Soplan nuevos vientos y, otra vez, Roberto Santoro se eleva, atento al piolín, cabeceando alto. Vuelven los poemas tristes y los rebeldes, los de amor y dolor, esperanza y alegría. Todos ellos componen a un artista cuya pena duró lo que duró la búsqueda. Pero que siempre, como un puente tendido, fue en camino de las relaciones: de la solidaridad, de la libertad positiva; en suma, de todo aquello que constituye la felicidad de un militante. Porque no es el poeta de lo popular, sino el de la lucha, porque su obra no es una reivindicación del tango, ni del fútbol, sino una bellísima puesta en palabras del recorrido vital que experimenta todo aquel que se reafirma revolucionario.

Aquel poeta que siempre estuvo volcado hacia los otros, que siempre fue plural, que nunca declinó ante el solipsismo, encontró la alegría. Y echó a volar sus poemas. Supo expresar aquellas luchas en las que andaba y las que hoy tenemos por delante. Su vida-obra es el pasado que heredamos. Sus últimos pasos serán los primeros de las nuevas generaciones, que no nacerán vírgenes, afortunadamente. Tendrán detrás una historia de la que aprender. En ella, Santoro, el preceptor, sigue cumpliendo su tarea.

Sobre el autor

Nació en Buenos Aires, en 1939. En su vida sobresalen los proyectos colectivos antes que los individuales. Publicó varios libros con sus poemas, siempre en colaboración con artistas que los ilustraban, como Pedro Gaeta y Oscar Smoje. También colaboró con músicos y actores (Raúl Parentella, Lorenzo Quinteros, Jorge Cutello), editó discos y puso en escena obras teatrales. Fue el alma mater de la revista Barrilete y de la editorial Papeles de Buenos Aires. Siendo miembro del PRT-ERP, militó activamente en el Frente de Trabajadores de la Cultura y en el FAS, junto con Haroldo Conti y Humberto Costantini. El 1º de junio de 1977 fue secuestrado por un grupo de tareas de la dictadura. Aún permanece desaparecido.

Obra poética completa 1959 - 1977 - Roberto Jorge Santoro

$13.340
Obra poética completa 1959 - 1977 - Roberto Jorge Santoro $13.340

Soplan nuevos vientos y, otra vez, Roberto Santoro se eleva, atento al piolín, cabeceando alto. Vuelven los poemas tristes y los rebeldes, los de amor y dolor, esperanza y alegría. Todos ellos componen a un artista cuya pena duró lo que duró la búsqueda. Pero que siempre, como un puente tendido, fue en camino de las relaciones: de la solidaridad, de la libertad positiva; en suma, de todo aquello que constituye la felicidad de un militante. Porque no es el poeta de lo popular, sino el de la lucha, porque su obra no es una reivindicación del tango, ni del fútbol, sino una bellísima puesta en palabras del recorrido vital que experimenta todo aquel que se reafirma revolucionario.

Aquel poeta que siempre estuvo volcado hacia los otros, que siempre fue plural, que nunca declinó ante el solipsismo, encontró la alegría. Y echó a volar sus poemas. Supo expresar aquellas luchas en las que andaba y las que hoy tenemos por delante. Su vida-obra es el pasado que heredamos. Sus últimos pasos serán los primeros de las nuevas generaciones, que no nacerán vírgenes, afortunadamente. Tendrán detrás una historia de la que aprender. En ella, Santoro, el preceptor, sigue cumpliendo su tarea.

Sobre el autor

Nació en Buenos Aires, en 1939. En su vida sobresalen los proyectos colectivos antes que los individuales. Publicó varios libros con sus poemas, siempre en colaboración con artistas que los ilustraban, como Pedro Gaeta y Oscar Smoje. También colaboró con músicos y actores (Raúl Parentella, Lorenzo Quinteros, Jorge Cutello), editó discos y puso en escena obras teatrales. Fue el alma mater de la revista Barrilete y de la editorial Papeles de Buenos Aires. Siendo miembro del PRT-ERP, militó activamente en el Frente de Trabajadores de la Cultura y en el FAS, junto con Haroldo Conti y Humberto Costantini. El 1º de junio de 1977 fue secuestrado por un grupo de tareas de la dictadura. Aún permanece desaparecido.