La prosa de Facu Soto parece hecha de puro aire. Flota con la naturalidad de lo que se deja llevar por el viento. Esa natural irreverencia le permite, como quien no quiere la cosa, como si fuera una distracción, calar profundamente en esos rincones en los que se cruzan, a veces se rozan y hasta se lamen la política, el deporte, la sexualidad, la homosexualidad, la sociedad y las personas hechas de piel, ambiciones, deseos y perversiones. Publicar esta antología revisada de artículos es volver a ver la cotidianidad argentina con una mirada desplazada de esa miopía androcéntrica, heterosexual y normada. Con un indiscutible estilo queer, si es que aceptamos que existe semejante cosa, cada nota se escurre por las colectoras no siempre visibles de la política, las fuerzas de control estatal, el deporte, la cultura y el arte. Lo hace a través de entrevistas que logran adentrase en esos espacios, a veces oscuros divertidos, a veces brillantes y siniestros, con una naturalidad que pone un poco la piel de gallina.

Notas maricas - Facu Soto

$22.050
Notas maricas - Facu Soto $22.050

La prosa de Facu Soto parece hecha de puro aire. Flota con la naturalidad de lo que se deja llevar por el viento. Esa natural irreverencia le permite, como quien no quiere la cosa, como si fuera una distracción, calar profundamente en esos rincones en los que se cruzan, a veces se rozan y hasta se lamen la política, el deporte, la sexualidad, la homosexualidad, la sociedad y las personas hechas de piel, ambiciones, deseos y perversiones. Publicar esta antología revisada de artículos es volver a ver la cotidianidad argentina con una mirada desplazada de esa miopía androcéntrica, heterosexual y normada. Con un indiscutible estilo queer, si es que aceptamos que existe semejante cosa, cada nota se escurre por las colectoras no siempre visibles de la política, las fuerzas de control estatal, el deporte, la cultura y el arte. Lo hace a través de entrevistas que logran adentrase en esos espacios, a veces oscuros divertidos, a veces brillantes y siniestros, con una naturalidad que pone un poco la piel de gallina.