Pues bien, todo nuestro trabajo se sostiene en la interrogación sobre las condiciones de posibilidad de la realización del deseo del analista en la escucha de la psicosis. En otras palabras: cómo sostener la posición del analista por fuera de todo deseo de curar al psicótico. Tal es la transversal de lectura de todo nuestro trabajo: ¿cómo se debe decir la psicosis para que pueda conjugarse en la experiencia analítica? 

Pero en esta puesta en cuestión no contamos con ningún jurado externo: es al psicoanálisis mismo, en su faceta de dispositivo, al que le cedemos la palabra ante el concepto psicoanalítico. En cierto modo, es un intento de nuestra parte para que el psicoanálisis responda por la experiencia en la que se funda antes que por los conceptos en los que se pierde. Con la salvedad de que aquí esta experiencia es abordada desde sus fundamentos mismos, y no desde esa manipulación pretendidamente técnica en la que un pensamiento cada vez más acorralado por la razón instrumental legitima sus preguntas. No son nuestras, entonces, esas preguntas sobre qué se hace con un psicótico, cómo se interviene con un delirio, o cómo interpretar ante la palabra del loco, sino, mucho más simplemente: ¿cómo sostener, cómo preservar incluso a la experiencia analítica en cuanto tal ante la palabra del loco?

Eso fue lo que se introdujo como nuestro instante de ver: «No retroceder ante la psicosis». Nos dejamos interrogar por una de esas frases que se escucha, se repite, se impone, al punto de no reconocer ninguna otra razón para su comprensión que su enunciación misma. Fue así como pudimos leer no un mandamiento –«No retrocederás»–, sino más bien una advertencia que, en su contexto, señalaba un punto sumamente sensible para el porvenir del psicoanálisis: «¿Una clínica de las psicosis –preguntaba entonces Miller– puede, según usted, comenzar por una proposición como: “el significante representa al sujeto para otro significante”, con lo que resulta del objeto a?». «La psicosis es eso ante lo que un analista no debe retroceder en ningún caso»: tal es lo que el ultimísimo Lacan –estamos en 1977– le indica a los suyos, justo cuando parecen tentarse con dar por acabada la dimensión del lenguaje para el acercamiento a la psicosis. 

De la "Introdicción a la cosa psicótica (Medio siglo de lacanismo)"

 

 

Juan Pablo De Arriba ejerce el psicoanálisis en la ciudad de Bahía Blanca. Es Licenciado y Doctor en psicología por la Universidad del Salvador. Realizó la residencia en psicología clínica y la jefatura en el servicio de Salud Mental del Hospital Dr. José Penna de su ciudad. Se ha desempeñado como profesor titular en las cátedras de Psicopatología y en las Prácticas clínicas de la carrera de psicología en la USAL (Bahía Blanca) y en la UniSal. Actualmente participa como supervisor clínico en las residencias de psicología de Bahía Blanca, así como en otras residencias de psicología de la Ciudad de Buenos Aires. Ha dictado cursos y conferencias en distintos hospitales (Penna, Rivadavia, Argerich, Ameghino, Borda) sobre la clínica psicoanalítica en contextos institucionales. En 2018 publicó Los sueños en las psicosis. Crítica y clínica (Letra Viva), resultado de su investigación de doctorado. Es coautor de la investigación colectiva Lecturas compartidas del Seminario 9 de Jacques Lacan. Sobre la identificación del sujeto del psicoanálisis (2022, Letra Viva), bajo la coordinación de Roberto Bortnik. Desde hace algunos años participa activamente en la construcción de espacios de formación clínica, orientados a partir de la enseñanza de Lacan como principio de lectura de la experiencia freudiana.

No retroceder ante la psicosis: Crítica y clínica - Juan Pablo De Arriba

$18.600
No retroceder ante la psicosis: Crítica y clínica - Juan Pablo De Arriba $18.600

Pues bien, todo nuestro trabajo se sostiene en la interrogación sobre las condiciones de posibilidad de la realización del deseo del analista en la escucha de la psicosis. En otras palabras: cómo sostener la posición del analista por fuera de todo deseo de curar al psicótico. Tal es la transversal de lectura de todo nuestro trabajo: ¿cómo se debe decir la psicosis para que pueda conjugarse en la experiencia analítica? 

Pero en esta puesta en cuestión no contamos con ningún jurado externo: es al psicoanálisis mismo, en su faceta de dispositivo, al que le cedemos la palabra ante el concepto psicoanalítico. En cierto modo, es un intento de nuestra parte para que el psicoanálisis responda por la experiencia en la que se funda antes que por los conceptos en los que se pierde. Con la salvedad de que aquí esta experiencia es abordada desde sus fundamentos mismos, y no desde esa manipulación pretendidamente técnica en la que un pensamiento cada vez más acorralado por la razón instrumental legitima sus preguntas. No son nuestras, entonces, esas preguntas sobre qué se hace con un psicótico, cómo se interviene con un delirio, o cómo interpretar ante la palabra del loco, sino, mucho más simplemente: ¿cómo sostener, cómo preservar incluso a la experiencia analítica en cuanto tal ante la palabra del loco?

Eso fue lo que se introdujo como nuestro instante de ver: «No retroceder ante la psicosis». Nos dejamos interrogar por una de esas frases que se escucha, se repite, se impone, al punto de no reconocer ninguna otra razón para su comprensión que su enunciación misma. Fue así como pudimos leer no un mandamiento –«No retrocederás»–, sino más bien una advertencia que, en su contexto, señalaba un punto sumamente sensible para el porvenir del psicoanálisis: «¿Una clínica de las psicosis –preguntaba entonces Miller– puede, según usted, comenzar por una proposición como: “el significante representa al sujeto para otro significante”, con lo que resulta del objeto a?». «La psicosis es eso ante lo que un analista no debe retroceder en ningún caso»: tal es lo que el ultimísimo Lacan –estamos en 1977– le indica a los suyos, justo cuando parecen tentarse con dar por acabada la dimensión del lenguaje para el acercamiento a la psicosis. 

De la "Introdicción a la cosa psicótica (Medio siglo de lacanismo)"

 

 

Juan Pablo De Arriba ejerce el psicoanálisis en la ciudad de Bahía Blanca. Es Licenciado y Doctor en psicología por la Universidad del Salvador. Realizó la residencia en psicología clínica y la jefatura en el servicio de Salud Mental del Hospital Dr. José Penna de su ciudad. Se ha desempeñado como profesor titular en las cátedras de Psicopatología y en las Prácticas clínicas de la carrera de psicología en la USAL (Bahía Blanca) y en la UniSal. Actualmente participa como supervisor clínico en las residencias de psicología de Bahía Blanca, así como en otras residencias de psicología de la Ciudad de Buenos Aires. Ha dictado cursos y conferencias en distintos hospitales (Penna, Rivadavia, Argerich, Ameghino, Borda) sobre la clínica psicoanalítica en contextos institucionales. En 2018 publicó Los sueños en las psicosis. Crítica y clínica (Letra Viva), resultado de su investigación de doctorado. Es coautor de la investigación colectiva Lecturas compartidas del Seminario 9 de Jacques Lacan. Sobre la identificación del sujeto del psicoanálisis (2022, Letra Viva), bajo la coordinación de Roberto Bortnik. Desde hace algunos años participa activamente en la construcción de espacios de formación clínica, orientados a partir de la enseñanza de Lacan como principio de lectura de la experiencia freudiana.