Bienvenidos a Atopia. La acción de este relato transcurre en una noche: comienza cuando cae el sol del viernes y termina al amanecer del sábado. Su protagonista es un hombre de mediana edad, divorciado, profesor universitario de literatura inglesa y norteamericana, lanzado a una deriva por la ciudad con el fin de encontrar, de una vez por todas, a la mujer de su vida. Más que escribir, Vignoli da la impresión de estar montando oraciones, como quien fabrica un cóctel molotov. Ojalá todas las novelas fuesen por lo menos tan buenas como ésta. Ezequiel Alemian, Diario Perfil La primera persona de este veterano en estado de sequía sentimental usa el lenguaje con el buen humor, y la energía del viejo y querido Joyce. Elvio E. Gandolfo, Revista Noticias Una aventura sexual divertida y breve. ¡Salud! Alejandra R. Ballester, Revista Ñ, Clarín Una novela llena de ironía y sarcasmo (y tristeza), entretenida y audaz, fluida y suave, pero densa como los susurros de Leonard Cohen. Julio Anselmi, Diario El Litoral Un texto que encuentra la lengua en el deseo sexual, liberada, por fin del lenguaje. Una nouvelle donde la desesperación y el coraje se animan a contarlo casi todo. Sergio Kisielewsky, Radar libros, Página/12 En esa travesía de una noche, que adquiere rápidamente la connotación de un descenso a los infiernos, se suceden para el protagonista los encuentros de pesadilla, propia y ajena, que preparan a su vez un jugoso final sabiamente administrado.

 

Sonia Scarabelli, Rosario/12.

 

Nadie sabe adonde va la noche - Beatriz Vignoli

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Nadie sabe adonde va la noche - Beatriz Vignoli $20.000

Bienvenidos a Atopia. La acción de este relato transcurre en una noche: comienza cuando cae el sol del viernes y termina al amanecer del sábado. Su protagonista es un hombre de mediana edad, divorciado, profesor universitario de literatura inglesa y norteamericana, lanzado a una deriva por la ciudad con el fin de encontrar, de una vez por todas, a la mujer de su vida. Más que escribir, Vignoli da la impresión de estar montando oraciones, como quien fabrica un cóctel molotov. Ojalá todas las novelas fuesen por lo menos tan buenas como ésta. Ezequiel Alemian, Diario Perfil La primera persona de este veterano en estado de sequía sentimental usa el lenguaje con el buen humor, y la energía del viejo y querido Joyce. Elvio E. Gandolfo, Revista Noticias Una aventura sexual divertida y breve. ¡Salud! Alejandra R. Ballester, Revista Ñ, Clarín Una novela llena de ironía y sarcasmo (y tristeza), entretenida y audaz, fluida y suave, pero densa como los susurros de Leonard Cohen. Julio Anselmi, Diario El Litoral Un texto que encuentra la lengua en el deseo sexual, liberada, por fin del lenguaje. Una nouvelle donde la desesperación y el coraje se animan a contarlo casi todo. Sergio Kisielewsky, Radar libros, Página/12 En esa travesía de una noche, que adquiere rápidamente la connotación de un descenso a los infiernos, se suceden para el protagonista los encuentros de pesadilla, propia y ajena, que preparan a su vez un jugoso final sabiamente administrado.

 

Sonia Scarabelli, Rosario/12.