En el cine se trata de la mirada, de la educación de la mirada. De precisarla y de ajustarla, de ampliarla y de multiplicarla, de inquietarla. El cine nos abre los ojos, los coloca a la distancia justa y los pone en movimiento.

A veces, hace eso enfocando el objetivo sobre los niños. Sobre sus gestos, sus rostros, sus movimientos, sus palabras y sus silencios, su mirada fascinada, interrogativa, anhelante, distraída.

El cine mira a la infancia. Y nos enseña a mirarla. El cine trata de acercarse a una mirada infantil, da a ver el mundo con los ojos de un niño, con esa mirada libre, indisciplinada, quizás inocente, quizás salvaje, que aún es capaz de sorprender a los ojos. En el cine, la mirada de un niño también nos mira, nos enfrenta, se dirige a nosotros para interrogarnos, interpelarnos, pedirnos una respuesta. Nada más difícil que mirar a un niño. Nada más difícil que mirar con ojos de niño. Nada más difícil que sostener la mirada de un niño. Nada más difícil que estar a la altura de esa mirada, que encarar esa mirada. Tal vez las páginas que siguen no sean sino distintos intentos por enfrentar algunas de esas dificultades.

Escriben: Jorge Larrosa Bondía, Núria Aidelman, Ana Marta Aparecida, Vitória Líbia Barreto, Laia Colell, Leiva de Figueiredo, José de Sousa, Ramón Espelt, Bernardo Jefferson, Carlos Losilla, Maria Inês Mafra, David Oubiña, Ángel Quintana, Ana Maria Rabelo, Antonio Francisco Rodríguez, Héctor Salinas, Rosana A. F. Sardi, Maria Cristina Soares, Eduardo Sarquis, Inês Assunção de Castro.

Miradas cinematográficas sobre la infancia - VV. AA.

$33.200
Miradas cinematográficas sobre la infancia - VV. AA. $33.200

En el cine se trata de la mirada, de la educación de la mirada. De precisarla y de ajustarla, de ampliarla y de multiplicarla, de inquietarla. El cine nos abre los ojos, los coloca a la distancia justa y los pone en movimiento.

A veces, hace eso enfocando el objetivo sobre los niños. Sobre sus gestos, sus rostros, sus movimientos, sus palabras y sus silencios, su mirada fascinada, interrogativa, anhelante, distraída.

El cine mira a la infancia. Y nos enseña a mirarla. El cine trata de acercarse a una mirada infantil, da a ver el mundo con los ojos de un niño, con esa mirada libre, indisciplinada, quizás inocente, quizás salvaje, que aún es capaz de sorprender a los ojos. En el cine, la mirada de un niño también nos mira, nos enfrenta, se dirige a nosotros para interrogarnos, interpelarnos, pedirnos una respuesta. Nada más difícil que mirar a un niño. Nada más difícil que mirar con ojos de niño. Nada más difícil que sostener la mirada de un niño. Nada más difícil que estar a la altura de esa mirada, que encarar esa mirada. Tal vez las páginas que siguen no sean sino distintos intentos por enfrentar algunas de esas dificultades.

Escriben: Jorge Larrosa Bondía, Núria Aidelman, Ana Marta Aparecida, Vitória Líbia Barreto, Laia Colell, Leiva de Figueiredo, José de Sousa, Ramón Espelt, Bernardo Jefferson, Carlos Losilla, Maria Inês Mafra, David Oubiña, Ángel Quintana, Ana Maria Rabelo, Antonio Francisco Rodríguez, Héctor Salinas, Rosana A. F. Sardi, Maria Cristina Soares, Eduardo Sarquis, Inês Assunção de Castro.