Entre las definiciones de la palabra «mascota» —aunque la más usual sea la de animal domesticado de compañía— podemos encontrar una que reza que una mascota es una persona, animal o cosa a los cuales se atribuyen virtudes para alejar desgracias o atraer la buena suerte. Sin embargo, más allá de las fantasías o certezas que nos genera la palabra, esta antología escapa de los lugares comunes y sorprende con interpretaciones fascinantes, ominosas e incómodas. Anahí Flores reúne a algunas de las voces más interesantes de la narrativa actual bajo un signo que se transforma en algo nuevo, raro y peligroso. Los cuentos que integran «Mascotas» abordan el tema desde varios géneros, pero componiendo una unidad de sentido. Relatos que nos introducen en el mundo del autor de una novela perfecta, humanos como copias de seguridad, la peculiar forma de lidiar con la geriatría, el duelo a un perro cuántico, una metamorfosis doméstica y un aparente exorcismo van descomponiendo la sensación de lo real y volviendo el universo un sitio misterioso, donde queda claro que una mascota nunca es lo que quisiéramos o lo que podríamos ser nosotros, aquello que damos por sentado.

Basta abrir los ojos y dejarse arrastrar por estas narraciones que rascan la superficie de lo que erróneamente llamaríamos normal y tienen la virtud de alejar la desgracia y atraer la buena prosa.