Leatherface y Jason Voorhees, Michael Myers y Ghostface. Todas las figuras del slasher están presentes aquí, en la historia del subgénero que los hizo famosos. Además de una larga lista de ignotos asesinos enmascarados, protagonistas de decenas de oscuras producciones que vale la pena conocer. Una fiesta gore interminable, que secuela tras secuela terminó por generar el menos secreto de los cultos. Con afilada puntería, este libro señala las películas más importantes del slasher. En sus páginas, el especialista Roberto Barreiro analiza su evolución en detalle: los proto slasher de los 60 y 70, su nacimiento una noche de halloween, la explosión e invasión en los videoclubs en los 80, su momento de decadencia y su renacer en el nuevo siglo con una tendencia a la autoparodia. El escenario puede ser un campamento de verano, el típico pueblo tranquilo o una granja remota en el medio de la nada. El asesino jamás habla y oculta su rostro con una máscara. Caza a sus víctimas de a una por vez y con cualquier objeto que tenga filo. Su sangriento recorrido es imposible de detener y aunque pueda parecer muerto, nunca lo está. Siempre regresa. Siempre. 

 

Máscaras, machetes y masacres - Roberto Barreiro

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 Leatherface y Jason Voorhees, Michael Myers y Ghostface. Todas las figuras del slasher están presentes aquí, en la historia del subgénero que los hizo famosos. Además de una larga lista de ignotos asesinos enmascarados, protagonistas de decenas de oscuras producciones que vale la pena conocer. Una fiesta gore interminable, que secuela tras secuela terminó por generar el menos secreto de los cultos. Con afilada puntería, este libro señala las películas más importantes del slasher. En sus páginas, el especialista Roberto Barreiro analiza su evolución en detalle: los proto slasher de los 60 y 70, su nacimiento una noche de halloween, la explosión e invasión en los videoclubs en los 80, su momento de decadencia y su renacer en el nuevo siglo con una tendencia a la autoparodia. El escenario puede ser un campamento de verano, el típico pueblo tranquilo o una granja remota en el medio de la nada. El asesino jamás habla y oculta su rostro con una máscara. Caza a sus víctimas de a una por vez y con cualquier objeto que tenga filo. Su sangriento recorrido es imposible de detener y aunque pueda parecer muerto, nunca lo está. Siempre regresa. Siempre.