Una voz de mujer describe cómo el arpón empuja, rasga y corrompe los tejidos de la escritura. Lo que queda es deshilacharse en el lenguaje, derramarse en niñez y gritar por madre y por padre. 

¿Friction or fiction? La respuesta es: traducción, copulación, asfixia.

En la prodigiosa libertad, la propuesta inesperada: el nacimiento, en el borde de la espuma, de un libro de virgen deformidad, vigorizante y sugerente, excitante y magnético. La libertad de este texto no tiene un punto de anclaje más que en la repetición de mutaciones formales, de estructuras tsunamis que penetran en la carne como perdigones de balas expansivas.

Es la oportunidad de experimentar la inmersión total, nunca inocente, en este obscéano que María Leguizamón ha preparado para el lector impenitente y que nos permite descubrir que todo lenguaje maldito es un langcéano de sicalíptica hondura, oscuro y ambiguo, impúdico, lábil y siempre lacerante.

Mariano Oberé