En estas páginas, Araceli Adriana Contreras pone en escena fragmentos de la amistad entre Miguel y Margarita, protagonistas de una relación que surca los años 60 y 70. Aborda la íntima batalla de dos jóvenes tratando de que los prejuicios sociales no condicionen sus sentimientos ni sean obstáculo para el desarrollo personal.
Las acciones se despliegan en Cañuelas, González Catán, Buenos Aires, Vicuña Mackenna, Madrid y París. No obstante, lo central son los paisajes interiores de estas dos caras que la autora ha elegido para dar a conocer sus emociones.
El formato merece una mención: la historia se cuenta mediante breves cartas que dejan constancia de algunos pocos acontecimientos, mientras los días y los años se suceden entre largos períodos de espera donde las estaciones de la vida nunca se detienen.
Cada epístola viene del pasado y está escrita para corporizarse en un otro, hasta aquellas que hoy son arrojadas como una botella a los mares digitales. Un libro es, en este sentido, una quimera que marcha anhelante en pos de un lector. La presente historia está fechada con la inocencia y la idiosincrasia de una época, pero la lucha por la integridad atraviesa todos los tiempos

M y Margarita - Araceli Adriana Contreras

$15.000
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En estas páginas, Araceli Adriana Contreras pone en escena fragmentos de la amistad entre Miguel y Margarita, protagonistas de una relación que surca los años 60 y 70. Aborda la íntima batalla de dos jóvenes tratando de que los prejuicios sociales no condicionen sus sentimientos ni sean obstáculo para el desarrollo personal.
Las acciones se despliegan en Cañuelas, González Catán, Buenos Aires, Vicuña Mackenna, Madrid y París. No obstante, lo central son los paisajes interiores de estas dos caras que la autora ha elegido para dar a conocer sus emociones.
El formato merece una mención: la historia se cuenta mediante breves cartas que dejan constancia de algunos pocos acontecimientos, mientras los días y los años se suceden entre largos períodos de espera donde las estaciones de la vida nunca se detienen.
Cada epístola viene del pasado y está escrita para corporizarse en un otro, hasta aquellas que hoy son arrojadas como una botella a los mares digitales. Un libro es, en este sentido, una quimera que marcha anhelante en pos de un lector. La presente historia está fechada con la inocencia y la idiosincrasia de una época, pero la lucha por la integridad atraviesa todos los tiempos