Pertinente en grado sumo, cada cosa. Tan pertinente y apta para el lugar que ocupa que los cimientos de su funcionalidad pueden tambalearse y hasta caducar, y aun así por algo está – por un algo que falta en el resto de las cosas. Ya los poemas hacen el camino contrario y, paridos de la suma impertinencia, a veces, además de ocupar un lugar, hasta acaban encontrando una función. La idea bajo este título “Los poemas y las cosas” es recorrer algunos momentos de una historia. La historia de una atracción o una inclinación, en la poesía, por el vasto universo de las cosas mundanas del mundo.