¿Qué hacer con lo que no encaja? ¿Con lo que irrumpe y genera una turbulencia en el supuesto guión de nuestra vida? ¿Cómo se ama lo que no se desea? En este libro Gabriela Valledor narra su experiencia al descubrir que su hijo Luca tiene Síndrome de Down. El rechazo y la perplejidad primero, la mirada de los otros y el encuentro íntimo con ese bebé que pone en movimiento las placas tectónicas de una existencia que parecía tener todo bajo control. Con una 
prosa que va directo al hueso, sin vueltas y sin miedo de nombrar las fantasías más oscuras, Valledor nos sumerge en un relato que se aleja de la corrección política y hace foco en las reflexiones incómodas, en el susurro que se agazapa detrás de los grandes discursos. 
“¿Cuál era el final feliz si todo era y sigue siendo puro presente?”, se pregunta, “un presente inestable, pegajoso, que por momentos se proyecta eterno, al que renunciaría algunas veces y me aferro tantas otras”. Contra la idea del instinto materno, contra la idea de la perfección y en la búsqueda de una verdad provisoria —aunque siempre intensa—, este libro es una invitación a mirarse de frente. A 
bucear en un mar impredecible, lleno de luces y sombras. De desesperación y ternura.
Leila Sucari

Los ojos rasgados de la mamá - Gabriela Valledor

$10.990
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Los ojos rasgados de la mamá - Gabriela Valledor $10.990
¿Qué hacer con lo que no encaja? ¿Con lo que irrumpe y genera una turbulencia en el supuesto guión de nuestra vida? ¿Cómo se ama lo que no se desea? En este libro Gabriela Valledor narra su experiencia al descubrir que su hijo Luca tiene Síndrome de Down. El rechazo y la perplejidad primero, la mirada de los otros y el encuentro íntimo con ese bebé que pone en movimiento las placas tectónicas de una existencia que parecía tener todo bajo control. Con una 
prosa que va directo al hueso, sin vueltas y sin miedo de nombrar las fantasías más oscuras, Valledor nos sumerge en un relato que se aleja de la corrección política y hace foco en las reflexiones incómodas, en el susurro que se agazapa detrás de los grandes discursos. 
“¿Cuál era el final feliz si todo era y sigue siendo puro presente?”, se pregunta, “un presente inestable, pegajoso, que por momentos se proyecta eterno, al que renunciaría algunas veces y me aferro tantas otras”. Contra la idea del instinto materno, contra la idea de la perfección y en la búsqueda de una verdad provisoria —aunque siempre intensa—, este libro es una invitación a mirarse de frente. A 
bucear en un mar impredecible, lleno de luces y sombras. De desesperación y ternura.
Leila Sucari