En una ciudad en donde se conocen todos hay un cierto ruido. Son las voces de todos hablando de los otros, conversando y opinando sobre la vida de los demás. Las mujeres en la vereda, los hombres en el bar, así se configuraba la sociabilidad hacia finales de los años 70, época en la que se ambienta esta historia. Hay inocentes, y hay ausentes; particularmente un inocente y un ausente: el narrador que se refleja en la mirada del loco del pueblo, ambos van corriendo sin un destino cierto.
En esa velocidad es que se funda el relato, que transcurre en un lugar de una mancha adonde todavía no llegan las autopistas y de cuyo nombre nadie quiere acordarse.

 

Los días que me la pasaba corriendo - Walter Abaca

$16.000
Los días que me la pasaba corriendo - Walter Abaca $16.000

En una ciudad en donde se conocen todos hay un cierto ruido. Son las voces de todos hablando de los otros, conversando y opinando sobre la vida de los demás. Las mujeres en la vereda, los hombres en el bar, así se configuraba la sociabilidad hacia finales de los años 70, época en la que se ambienta esta historia. Hay inocentes, y hay ausentes; particularmente un inocente y un ausente: el narrador que se refleja en la mirada del loco del pueblo, ambos van corriendo sin un destino cierto.
En esa velocidad es que se funda el relato, que transcurre en un lugar de una mancha adonde todavía no llegan las autopistas y de cuyo nombre nadie quiere acordarse.