'El afecto que todavía conservaba a Plutón me impedía golpearlo, aunque no tenía escrúpulos en maltratar a los conejos, al mono y aún al perro, cuando por acaso o por cariño, se atravesaban en mi camino. Mi enfermedad me invadía cada vez más, pues qué enfermedad es comparable al alcoholismo? Con el tiempo, hasta el mismo Plutón, que entre tanto envejecía y naturalmente se iba volviendo un poco arisco, empezó a sufrir las consecuencias de mi desdicha.
Una noche que entré en casa completamente borracho, me pareció que el gato evitaba mi vista. Lo agarré, pero él, asustado por mi violencia, mordió levemente mi mano. Me pareció que el alma abandonaba mi cuerpo, y una rabia más que diabólica, saturada de ginebra, penetró en cada fibra de mi ser. Saqué del bolsillo del chaleco un cortaplumas, lo abrí, agarré al pobre animal por la garganta y deliberadamente le hice saltar un ojo de su órbita'.

Los crímenes de la calle Morgue - Edgar Allan Poe

$13.800
Los crímenes de la calle Morgue - Edgar Allan Poe $13.800

'El afecto que todavía conservaba a Plutón me impedía golpearlo, aunque no tenía escrúpulos en maltratar a los conejos, al mono y aún al perro, cuando por acaso o por cariño, se atravesaban en mi camino. Mi enfermedad me invadía cada vez más, pues qué enfermedad es comparable al alcoholismo? Con el tiempo, hasta el mismo Plutón, que entre tanto envejecía y naturalmente se iba volviendo un poco arisco, empezó a sufrir las consecuencias de mi desdicha.
Una noche que entré en casa completamente borracho, me pareció que el gato evitaba mi vista. Lo agarré, pero él, asustado por mi violencia, mordió levemente mi mano. Me pareció que el alma abandonaba mi cuerpo, y una rabia más que diabólica, saturada de ginebra, penetró en cada fibra de mi ser. Saqué del bolsillo del chaleco un cortaplumas, lo abrí, agarré al pobre animal por la garganta y deliberadamente le hice saltar un ojo de su órbita'.