Los poemas de Manuel Troncoso se instalan en esa zona “liminal” donde el sujeto pierde las certezas heredadas y comienza una transacción entre lo exterior o mundo captado a través de los sentidos y lo interior o esfera donde las emociones oscilan entre lo entusiasta y lo deceptivo, y el mundo puede adquirir o perder sentido súbitamente. En esa frontera es donde los textos emergen con la fuerza y claridad de una voz inconfundible:


Ni vivo ni muerto/ni parado, ni acostado/diría que estoy oblicuo,/o directamente que no estoy
Manuel Troncoso despliega un testimonio humano sorprendente en su intensidad poética y en la valentía de su expresión. Su tensión fundamental está en esa lucha de la sensibilidad que no se adormece, sino que se pone en carne viva. Ese yo que, en lugar de distanciarse, establece un fuerte vínculo intransferible con el mundo que lo rodea. Esa entrega atraviesa todo el libro y revela con crudeza la condición humana en todo su amor y su horror, es decir, en todo su esplendor. Manuel Troncoso alcanza ese límite de la soledad donde finalmente solo existe la fe en la palabra y la poesía.

Daniel Durand

Liminal - Manuel Troncoso

$17.800
Liminal - Manuel Troncoso $17.800

Los poemas de Manuel Troncoso se instalan en esa zona “liminal” donde el sujeto pierde las certezas heredadas y comienza una transacción entre lo exterior o mundo captado a través de los sentidos y lo interior o esfera donde las emociones oscilan entre lo entusiasta y lo deceptivo, y el mundo puede adquirir o perder sentido súbitamente. En esa frontera es donde los textos emergen con la fuerza y claridad de una voz inconfundible:


Ni vivo ni muerto/ni parado, ni acostado/diría que estoy oblicuo,/o directamente que no estoy
Manuel Troncoso despliega un testimonio humano sorprendente en su intensidad poética y en la valentía de su expresión. Su tensión fundamental está en esa lucha de la sensibilidad que no se adormece, sino que se pone en carne viva. Ese yo que, en lugar de distanciarse, establece un fuerte vínculo intransferible con el mundo que lo rodea. Esa entrega atraviesa todo el libro y revela con crudeza la condición humana en todo su amor y su horror, es decir, en todo su esplendor. Manuel Troncoso alcanza ese límite de la soledad donde finalmente solo existe la fe en la palabra y la poesía.

Daniel Durand