Las aventuras del Negro Raúl es la primera serie de historietas propiamente argentina: fue la primera creación de un autor nativo publicada en nuestro país y fue también la primera cuyo protagonista, ambientación, argumentos y tratamiento formal fueron estrictamente locales. Publicada en la revista  El Hogar en 1916, refleja con crudeza la naturalidad con que los medios gráficos dirigidos o consumidos por la sociedad argentina acomodada de la época predicaban alegremente la apología de la discriminación racial y la ideología de la descalificación clasista.

Pero, aunque la historieta de Arturo Lanteri es representativa de algunos estereotipos y prejuicios del sentido común reaccionario de la época, su publicación subraya lo que tiene de original y fundante como creación genuina en el panorama de entonces. Y resalta la compleja plasticidad de su autor, extraordinario dibujante y notable narrador que documentó como casi nadie las costumbres, modas y tipos de su tiempo. Arturo Lanteri hizo del humor y del relato gráfico un vehículo para el apunte de observación social y, frecuentemente, para la crítica virulenta, por la que pagó un alto precio.

Las aventuras del Negro Raúl - Arturo Lanteri

$12.500
Las aventuras del Negro Raúl - Arturo Lanteri $12.500

Las aventuras del Negro Raúl es la primera serie de historietas propiamente argentina: fue la primera creación de un autor nativo publicada en nuestro país y fue también la primera cuyo protagonista, ambientación, argumentos y tratamiento formal fueron estrictamente locales. Publicada en la revista  El Hogar en 1916, refleja con crudeza la naturalidad con que los medios gráficos dirigidos o consumidos por la sociedad argentina acomodada de la época predicaban alegremente la apología de la discriminación racial y la ideología de la descalificación clasista.

Pero, aunque la historieta de Arturo Lanteri es representativa de algunos estereotipos y prejuicios del sentido común reaccionario de la época, su publicación subraya lo que tiene de original y fundante como creación genuina en el panorama de entonces. Y resalta la compleja plasticidad de su autor, extraordinario dibujante y notable narrador que documentó como casi nadie las costumbres, modas y tipos de su tiempo. Arturo Lanteri hizo del humor y del relato gráfico un vehículo para el apunte de observación social y, frecuentemente, para la crítica virulenta, por la que pagó un alto precio.