Las plantas son la mayor fuente de riqueza del planeta Tierra (pensemos, por ejemplo, que el carbón y el petróleo fueron vida vegetal en el pasado). En La vida secreta de las plantas se exponen los experimentos que muestran la manera en que las plantas se comunican y cómo esta afecta la vida del resto de los seres vivos, para entender a su vez las relaciones físicas, emocionales y espirituales entre las plantas y los humanos.

 

Sin las plantas verdes, no comeríamos ni respiraríamos. Bajo la superficie de cada hoja, hay un millón de labios móviles que se dedican a devorar anhídrido carbónico y a despedir oxígeno. Más de 64 millones de kilómetros cuadrados de superficies cubiertas por hojas están cada día realizando este milagro de la fotosíntesis, produciendo oxígeno y alimentos para el hombre y los animales. La cantidad principal de los 375.000 millones de toneladas de alimentos que consumimos al año procede de las plantas, que los sintetizan del aire y del suelo con la ayuda de la luz solar. El resto deriva de productos animales, que también proceden de las plantas.

Los datos con que actualmente contamos afianzan y corroboran la visión de que las plantas son criaturas vivas, que respiran y se comunican, dotadas de personalidad y de los atributos del alma. Somos nosotros los que, en nuestra ceguera, nos hemos empeñado y obstinado en considerarlas autómatas.

La vida secreta de las plantas - Peter Tompkins y Christopher Bird

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Las plantas son la mayor fuente de riqueza del planeta Tierra (pensemos, por ejemplo, que el carbón y el petróleo fueron vida vegetal en el pasado). En La vida secreta de las plantas se exponen los experimentos que muestran la manera en que las plantas se comunican y cómo esta afecta la vida del resto de los seres vivos, para entender a su vez las relaciones físicas, emocionales y espirituales entre las plantas y los humanos.

 

Sin las plantas verdes, no comeríamos ni respiraríamos. Bajo la superficie de cada hoja, hay un millón de labios móviles que se dedican a devorar anhídrido carbónico y a despedir oxígeno. Más de 64 millones de kilómetros cuadrados de superficies cubiertas por hojas están cada día realizando este milagro de la fotosíntesis, produciendo oxígeno y alimentos para el hombre y los animales. La cantidad principal de los 375.000 millones de toneladas de alimentos que consumimos al año procede de las plantas, que los sintetizan del aire y del suelo con la ayuda de la luz solar. El resto deriva de productos animales, que también proceden de las plantas.

Los datos con que actualmente contamos afianzan y corroboran la visión de que las plantas son criaturas vivas, que respiran y se comunican, dotadas de personalidad y de los atributos del alma. Somos nosotros los que, en nuestra ceguera, nos hemos empeñado y obstinado en considerarlas autómatas.