Llevo varias semanas intentando escribir unas líneas sobre este libro sorprendente de Lucas Soares. Primera impresión: el libro son dos libros, y cada uno de esos dos libros está integrado por dos elementos, desde el título vinculados por la casi mecánica partícula “y”. Cuatro elementos, entonces, prácticamente equivalentes, prácticamente equidistantes, girando alrededor de un mecanismo neutro. No es un libro que concentre, entonces, sino la desconcentración de un libro.Segunda impresión: el libro está compuesto por un largo poema blanco que se extiende como un río del comienzo al fin, encajonado por unos bordes textuales variables. Es un río especialmente ancho; casi puede verse su curvatura, casi puede imaginarse la sensación abismal de ser arrastrado por su corriente sin alcanzar nunca las orillas. Es un poema que se puede leer mirando los espacios en blanco, un poema en el cual las palabras, las frases, no son más que sedimentos, deshechos del blanco. Un párrafo que anoté: “Los sedimentos se acumulan en ambas orillas. Levantan una construcción de sentido verbal, que luego la corriente horada y vuelve a recombinar, más adelante, en construcciones similares difuminadas por una luz barrosa. Por tramos se puede cruzar de una orilla a la otra, por tramos la superficie del agua es ganada por una luminosidad plana en que las costas se reflejan mutuamente, como si dialogaran. Otra veces lo que había se pierde, o el cruce es imposible, y hay que permanecer de un lado, o del otro. A veces también ocurre que la sedimentación cristaliza en una suerte de imagen, esa cosa”.Tercera impresión: en las orillas se construyen historias. Historias de la transformación de las historias, historias que parecen contar pero que siempre cuentan la historia del contar, como espiralándose. El cuento está cada vez más lejos. La sorda, el pudor. Llevo varias semanas intentando escribir unas líneas sobre este libro sorprendente de Lucas Soares. A lo mejor mi dicultad está en la dinámica: en el intento de juntar, de sintetizar impresiones, cuando tal vez el libro funciona escindiéndolas.

Ezequiel Alemian

La sorda y el pudor - Lucas Soares

$19.800
La sorda y el pudor - Lucas Soares $19.800

Llevo varias semanas intentando escribir unas líneas sobre este libro sorprendente de Lucas Soares. Primera impresión: el libro son dos libros, y cada uno de esos dos libros está integrado por dos elementos, desde el título vinculados por la casi mecánica partícula “y”. Cuatro elementos, entonces, prácticamente equivalentes, prácticamente equidistantes, girando alrededor de un mecanismo neutro. No es un libro que concentre, entonces, sino la desconcentración de un libro.Segunda impresión: el libro está compuesto por un largo poema blanco que se extiende como un río del comienzo al fin, encajonado por unos bordes textuales variables. Es un río especialmente ancho; casi puede verse su curvatura, casi puede imaginarse la sensación abismal de ser arrastrado por su corriente sin alcanzar nunca las orillas. Es un poema que se puede leer mirando los espacios en blanco, un poema en el cual las palabras, las frases, no son más que sedimentos, deshechos del blanco. Un párrafo que anoté: “Los sedimentos se acumulan en ambas orillas. Levantan una construcción de sentido verbal, que luego la corriente horada y vuelve a recombinar, más adelante, en construcciones similares difuminadas por una luz barrosa. Por tramos se puede cruzar de una orilla a la otra, por tramos la superficie del agua es ganada por una luminosidad plana en que las costas se reflejan mutuamente, como si dialogaran. Otra veces lo que había se pierde, o el cruce es imposible, y hay que permanecer de un lado, o del otro. A veces también ocurre que la sedimentación cristaliza en una suerte de imagen, esa cosa”.Tercera impresión: en las orillas se construyen historias. Historias de la transformación de las historias, historias que parecen contar pero que siempre cuentan la historia del contar, como espiralándose. El cuento está cada vez más lejos. La sorda, el pudor. Llevo varias semanas intentando escribir unas líneas sobre este libro sorprendente de Lucas Soares. A lo mejor mi dicultad está en la dinámica: en el intento de juntar, de sintetizar impresiones, cuando tal vez el libro funciona escindiéndolas.

Ezequiel Alemian