Agobiada por la culpa y la frustración, la doctora Lucía Morán huye de una realidad que la atormenta. En Buenos Aires quedan la muerte de su paciente más querida, la anciana Marta Páez, y la fogosa relación virtual que mantiene con el doctor Pablo Nelson en un on and off permanente. ¿Por qué aquello que pudo haber sido controlado se salió de control? ¿Por qué el amor amenaza con extinguirse en un cursor que titila en el vacío? Sin que ella se lo proponga, su viaje la llevará a Necochea, ciudad donde pasó los veranos de su niñez. Allí, junto a viejos y nuevos afectos, Lucía buceará por las profundidades de su vida: el espejismo del amor, la voz punzante del mandato, la aridez de la soledad.

Élida Saidler se zambulle en las emociones de una mujer con el aire justo, un aire que sólo alcanza para volver a la superficie y afrontar otra vez el oleaje. En ese aire apenas suficiente, nada sobra y nada falta. Hasta salir a flote en el vaivén que confunde el límite entre lo fantástico y lo real.

Clic acá para leer un fragmento de La soledad es otro cuerpo

La soledad es otro cuerpo - Élida Saidler

$18.000
Sin stock
La soledad es otro cuerpo - Élida Saidler $18.000

Agobiada por la culpa y la frustración, la doctora Lucía Morán huye de una realidad que la atormenta. En Buenos Aires quedan la muerte de su paciente más querida, la anciana Marta Páez, y la fogosa relación virtual que mantiene con el doctor Pablo Nelson en un on and off permanente. ¿Por qué aquello que pudo haber sido controlado se salió de control? ¿Por qué el amor amenaza con extinguirse en un cursor que titila en el vacío? Sin que ella se lo proponga, su viaje la llevará a Necochea, ciudad donde pasó los veranos de su niñez. Allí, junto a viejos y nuevos afectos, Lucía buceará por las profundidades de su vida: el espejismo del amor, la voz punzante del mandato, la aridez de la soledad.

Élida Saidler se zambulle en las emociones de una mujer con el aire justo, un aire que sólo alcanza para volver a la superficie y afrontar otra vez el oleaje. En ese aire apenas suficiente, nada sobra y nada falta. Hasta salir a flote en el vaivén que confunde el límite entre lo fantástico y lo real.

Clic acá para leer un fragmento de La soledad es otro cuerpo