Este libro de Iosi Havilio encierra una desbocada fábula del yo. El peregrinar de un héroe que, para escapar de las humillaciones del presente, se enfrenta a las transfiguraciones míticas de su pasado. Se puede leer La Serenidad como un radical mapeo de los distintos registros de lo subjetivo, con una prosa que alterna con naturalidad y desparpajo entre lo real, lo imaginario y lo simbólico. Un relato donde los personajes, empezando por El Protagonista, se transforman en categorías abstractas; las ideas adquieren dimensiones épicas, y el absurdo se revela como ese abismo donde se diluyen los límites entre la percepción y la palabra.

«La Serenidad es una aventura que dura un día y cincuenta años: los tiempos de la novela, desde Tolstoi y Joyce. El ritmo es trepidante; las escenas, bellamente ejecutadas; las descripciones, lujosas; el lenguaje, plástico y armonioso. La Serenidad es el resultado de una feliz discusión de Havilio con los modos de novelar en el presente.»

Damián Ríos

La serenidad - Iosi Havilio

$17.000
La serenidad - Iosi Havilio $17.000

Este libro de Iosi Havilio encierra una desbocada fábula del yo. El peregrinar de un héroe que, para escapar de las humillaciones del presente, se enfrenta a las transfiguraciones míticas de su pasado. Se puede leer La Serenidad como un radical mapeo de los distintos registros de lo subjetivo, con una prosa que alterna con naturalidad y desparpajo entre lo real, lo imaginario y lo simbólico. Un relato donde los personajes, empezando por El Protagonista, se transforman en categorías abstractas; las ideas adquieren dimensiones épicas, y el absurdo se revela como ese abismo donde se diluyen los límites entre la percepción y la palabra.

«La Serenidad es una aventura que dura un día y cincuenta años: los tiempos de la novela, desde Tolstoi y Joyce. El ritmo es trepidante; las escenas, bellamente ejecutadas; las descripciones, lujosas; el lenguaje, plástico y armonioso. La Serenidad es el resultado de una feliz discusión de Havilio con los modos de novelar en el presente.»

Damián Ríos