“—Bienvenida querida! / Este es el futuro”. Ya en 1994, tal vez antes que a nadie, a Fernanda la recibieron en los tiempos de ahora, o en los que no llegaron todavía. Eso pasó porque se desentendió de ideas y retóricas más apropiadas para limitar lo posible que para inventarlo. Desechó látigos, y se dejó llevar por un corazón que no sabe y tiene ganas. Así, vio lo bello en lo imperfecto, intuyó una revolución que se venía y la empezó a organizar. ¿Consejo político del libro? Hay que hablar más, de igual a igual, con escarabajos y ratoncitos.
Sergio Raimondi

—Me encanta el libro de Fernanda porque es fresco y vital. Sus rimas me hacen reír y pensar ¡cómo se le ocurrió todo esto?
—Para mí empieza cándido y suave, esos versos y palabritas breves son muy próximos a cierta experiencia sublime… pero en un punto empieza el desborde… eso me encanta!
—Leo y me dan ganas de escribir cosas hermosas como ella, que hablen de temas importantes sin querer aleccionar. Me gusta cuando los libros te tratan bien, porque están los que te retan y ahí pienso libro no me juzgues! En cambio, este es afectuoso, entregado y se puede leer feliz.
—La vida es deseo, desilusión, “la vida es excitante”, ¡ese es al ánimo imparable de estas páginas! 
—La princesa de mis sueños es una misma cuando llegamos al punto de querernos abrazar mucho. Es el libro de alguien que se afirmó sola, que se legitimó a espaldas de lo que los demás esperan para una. “¡Fuera Tarzán! Esta Jungla es mía. ¡Fuera cocodrilos! Fuera de esta casa”. Y adentro cuenta la historia de una chica que se salvó a sí misma con la poesía, con el arte, con el hacer colectivo, con el amor. El futuro con el que soñaba Fer ya llegó y lo estamos escribiendo, lo estamos leyendo…
—Bienvenida querida! Este es el futuro.
—Estoy feliz de llegar.
Alejandra Benz y Ana Wandzik