La multitud se fue al desierto del activista brasilero Bruno Cava (ed. Quadrata – Pie de los Hechos) es un gran ejemplo del valor del habla, de la exploración mediante el lenguaje de lo que abren los cuerpos, de la carnadura de las formalizaciones lingüísticas y conceptuales. De cuándo y cómo lo que se llama el pensamiento es una zona de la práctica, una parte del movimiento de lo moviente, un espacio que se añade para que las fuerzas del agite tracen sus líneas con más texturas y consecuencias. No es un libro sobre las movilizaciones; es una zona-libro de la movilización. Las propias palabras resultan cuerpos en movimiento o que relanzan lo moviente.

Un libro escrito en el desierto. Un lugar intensamente habitado donde por fuerza hay que pensar, crear procedimientos, modos y sentido porque está desierto de códigos previos, desierto de discursos orientativos pre-experienciales, desierto de identidades que encorsetan, desierto de saberes de la política de Estado, del Estado de la política. Un desierto conquistado; habitar el desierto es en sí mismo una conquista: en el desierto, nadie sabe por nosotros. ¿Y no es acaso un rasgo común con el nosotros de 2001, que nadie sepa por…?

 

La multitud se fue al desierto. Revuelta, neodesarrollismo y crisis - Bruno Cava

$13.000
La multitud se fue al desierto. Revuelta, neodesarrollismo y crisis - Bruno Cava $13.000

La multitud se fue al desierto del activista brasilero Bruno Cava (ed. Quadrata – Pie de los Hechos) es un gran ejemplo del valor del habla, de la exploración mediante el lenguaje de lo que abren los cuerpos, de la carnadura de las formalizaciones lingüísticas y conceptuales. De cuándo y cómo lo que se llama el pensamiento es una zona de la práctica, una parte del movimiento de lo moviente, un espacio que se añade para que las fuerzas del agite tracen sus líneas con más texturas y consecuencias. No es un libro sobre las movilizaciones; es una zona-libro de la movilización. Las propias palabras resultan cuerpos en movimiento o que relanzan lo moviente.

Un libro escrito en el desierto. Un lugar intensamente habitado donde por fuerza hay que pensar, crear procedimientos, modos y sentido porque está desierto de códigos previos, desierto de discursos orientativos pre-experienciales, desierto de identidades que encorsetan, desierto de saberes de la política de Estado, del Estado de la política. Un desierto conquistado; habitar el desierto es en sí mismo una conquista: en el desierto, nadie sabe por nosotros. ¿Y no es acaso un rasgo común con el nosotros de 2001, que nadie sepa por…?