El escritor y piloto marplatense parte de una escena en la que dos enigmáticos personajes están encerrados en una habitación; mientras desde una ventana ingresan sonidos e imágenes que -en algún momento- se pierden. En el relato; describe el poeta Julián Axat; 'lo que es nítido deja de serlo. Como el lenguaje que; tarde o temprano; pasa a ser ruina; violencia; silencio; apenas un destello del decir. ¿Y nosotros? Nosotros miramos desde adentro. Si no fuera porque el dispositivo de evocación se ve interrumpido por las voces que dialogan y generan distanciamiento; diría que la escena se parece a una remake kafkiana del mito de la caverna de Platón. El homenaje a Pasolini es explícito en cuanto a las formas y temáticas; pero también por la alusión y el tipo de montaje utilizado. ¿Hay un Pasolini sudamericano? 'Todo está gobernado por la brutalidad'; boutade maradoniana que a Pasolini (fanático del fútbol) le hubiera encantado escuchar; viniendo del mayor futbolista-poeta de todos los tiempos'.