La de Cebrián es una poética bajo condición de realismo capitalista –la vivencia generalizada de la absolutización de la economía de mercado y de la inexistencia de alternativas económicas y políticas al capitalismo y al liberalismo–. De aquí la a menudo señalada centralidad de las prácticas y expectativas de consumo en su temática, sobredimensionadas de todas las maneras posibles en un barroquismo de emociones extremas, pero domésticas. Como en Georges Perec, lo cotidiano cobra protagonismo, pero, décadas después de Perec, no puede consistir ya solo en los objetos y los espacios (y, eventualmente, en las miradas), en un mundo capturado, como el de hoy, por los gadgets tecnológicos, y desterritorializado por las redes informáticas y las plataformas de entretenimiento. Lo cotidiano se ha vuelto enteramente subjetivo, dado que consiste en las actitudes que definen al sujeto contemporáneo: sus hábitos, los de consumo sobre todo. Singulares, intratables para la generalización empírica, estos hábitos se alejan de cualquier posibilidad de plasmación de una tipicidad costumbrista; y, sin embargo, generan un efecto de tortuosa y desencantada identificación poética.

Marcelo Topuzian

La mitad de bailar - Mercedes Cebrián

$6.000
La mitad de bailar - Mercedes Cebrián $6.000

La de Cebrián es una poética bajo condición de realismo capitalista –la vivencia generalizada de la absolutización de la economía de mercado y de la inexistencia de alternativas económicas y políticas al capitalismo y al liberalismo–. De aquí la a menudo señalada centralidad de las prácticas y expectativas de consumo en su temática, sobredimensionadas de todas las maneras posibles en un barroquismo de emociones extremas, pero domésticas. Como en Georges Perec, lo cotidiano cobra protagonismo, pero, décadas después de Perec, no puede consistir ya solo en los objetos y los espacios (y, eventualmente, en las miradas), en un mundo capturado, como el de hoy, por los gadgets tecnológicos, y desterritorializado por las redes informáticas y las plataformas de entretenimiento. Lo cotidiano se ha vuelto enteramente subjetivo, dado que consiste en las actitudes que definen al sujeto contemporáneo: sus hábitos, los de consumo sobre todo. Singulares, intratables para la generalización empírica, estos hábitos se alejan de cualquier posibilidad de plasmación de una tipicidad costumbrista; y, sin embargo, generan un efecto de tortuosa y desencantada identificación poética.

Marcelo Topuzian