Los poemas de este libro están hechos de la lucidez de la noche en vela, de ese tumulto de voces enredadas y experiencias que construyeron un nosotros. Paula Jiménez España toma la retórica infinita de las charlas nocturnas con lo que tiene de espontánea y con lo que ha sido afilado a fuerza de repetición; toma y, con mano segura, tamiza. Y es verdad, hubo ahí piedras que brillan. Y ahora, en los poemas, el tono de compadrita, el ritmo, las rimas brillan también como un guiño de ojo. Para esta voz, ejercitada en el desbocado amor por las palabras, la manera de narrar es lo mismo que el suceso. Sin embargo, es una voz astuta, que elige con precisión no solo la manera de decir sino también lo que se calla.

Claudia Prado