Es llamativo que haya llamado tan poca atención el hecho de que tantas disciplinas dedicadas al estudio de la sociedad desestimen lo que ocurre en los sueños. Un tercio de nuestras vidas es desechado como fenómeno de poco o nulo interés. Difícil no estremecerse al pensar en el nivel de presuntuosidad, o acaso torpeza, que existe en el menosprecio de ese dominio solo recuperado por la psicología o la literatura, sin reparar por ejemplo en las consecuencias que podría tener para una teoría política –como se lee en estas página–, reconocer que, quienes gobiernan, no se gobiernan a sí mismos. La interpretación de las pesadillas cita el clásico libro de Freud de 1900, pero el cambio de sueños por pesadillas insiste en matices oscuros e irrazonables. Se trata del libro de quien “todas las noches se duerme / con una libreta y una birome al lado de la cama”. Por eso su dinámica es la de las anotaciones, cuyo carácter fugaz e inestable se adecua a lo que adviene al dormir. Se trata de acechar lo que acecha. La elección de la figura del compilador por sobre la del autor admite que, en el sueño, es inviable proyectar sin más la subjetividad unívoca de lo diurno, lo moderno, lo “real” .

Sergio Raimondi (contratapa)

Ilustración de tapa: Santiago Caruso

La interpretación de las pesadillas - Juan José Mendoza

$19.000
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La interpretación de las pesadillas - Juan José Mendoza $19.000

Es llamativo que haya llamado tan poca atención el hecho de que tantas disciplinas dedicadas al estudio de la sociedad desestimen lo que ocurre en los sueños. Un tercio de nuestras vidas es desechado como fenómeno de poco o nulo interés. Difícil no estremecerse al pensar en el nivel de presuntuosidad, o acaso torpeza, que existe en el menosprecio de ese dominio solo recuperado por la psicología o la literatura, sin reparar por ejemplo en las consecuencias que podría tener para una teoría política –como se lee en estas página–, reconocer que, quienes gobiernan, no se gobiernan a sí mismos. La interpretación de las pesadillas cita el clásico libro de Freud de 1900, pero el cambio de sueños por pesadillas insiste en matices oscuros e irrazonables. Se trata del libro de quien “todas las noches se duerme / con una libreta y una birome al lado de la cama”. Por eso su dinámica es la de las anotaciones, cuyo carácter fugaz e inestable se adecua a lo que adviene al dormir. Se trata de acechar lo que acecha. La elección de la figura del compilador por sobre la del autor admite que, en el sueño, es inviable proyectar sin más la subjetividad unívoca de lo diurno, lo moderno, lo “real” .

Sergio Raimondi (contratapa)

Ilustración de tapa: Santiago Caruso