"Entonces la imposibilidad es la sensación de ser incapaces de orientarnos, de entender, de sustraernos a la locura hegemónica, a convertirnos en una pieza más de la maquinaria anónima, la imposibilidad de prevenir la fatalidad al ser lanzades a explorar el mundo por nuestra cuenta, al intuir las herramientas adulteradas con las que deberemos manejarnos en la vida; la imposibilidad de una comunicación real y sincera en medio de obstáculos ajenos y propios, que confunden. Con intentos neblinosos, inconscientemente se busca un sentido oculto (uno propio y personal) combinando elementos que en el orden habitual de las cosas son igualmente absurdos pero son los que imperan."

María Belén Michelángelo está más cerca de las tortugas ninjas amantes de la pizza que del pintor renacentista y aunque sigue esperando su carta de Hogwarts, sabe muy bien que apenas el sombrero seleccionador toque su cabeza gritará Ravenclaw.
Cuando era chiquita pedía ver la luna con mucha insistencia y tal vez por eso a esta altura todavía se siente un poco Sailor Moon.
Su punto débil es el chocolate blanco relleno de dulce de leche y su habilidad secreta es comer todas las aceitunas que hayan al alcance.
Tuvo un sueño que parecía imposible: publicar un libro. Quizás por eso, a su primera plaqueta de cuentos y relatos editada por nosotres, le puso el nombre “La imposibilidad”.