La humanidad que armamos con las pantallas.

¿Qué forma humana se produce con los artefactos conectivos?

Jamás tan cerca estudia no tanto los aparatos como las operaciones y movimientos que se forjan con su uso y constituyen la subjetividad. Desde el chequeo incesante del celular al escroleo sin fin en redes; de la disponibilidad permanente a la autopromoción y la sonrisa de selfie; de las aplicaciones de citas a la aceleración de audios; del VAR como pedagogía perceptiva a, también, los tatuajes y el Metrobús. Porque la tendencia a estar sin estar, la ansiosa necesidad de micronovedades continuas se enmarcan en la idolatrización de las pantallas como umbrales de una esfera luminosa e incorpórea (¿ultraterrena, omnisciente?) que ofrece imágenes de la vida plenas, tanto mejores, pareciera, que nuestros propios cuerpos. 
Este libro propone pensar la compulsión conectiva, el apego encandilado a las pantallas. La ubica en un linaje histórico que incluye la vieja alienación religiosa y la mercantil. Donde confluye, también, el capital financiero, que organiza junto a los dispositivos mediáticos la estresante temporalidad en que vivimos, el “continuo de la Actualidad” que no descansa. 
Un ensayo preciso y fundamental para entender la existencia que armamos en torno a la mediósfera y preguntarnos por la necesaria recuperación del presente.

Jamás tan cerca - Agustín J. Valle

$28.900
Jamás tan cerca - Agustín J. Valle $28.900

La humanidad que armamos con las pantallas.

¿Qué forma humana se produce con los artefactos conectivos?

Jamás tan cerca estudia no tanto los aparatos como las operaciones y movimientos que se forjan con su uso y constituyen la subjetividad. Desde el chequeo incesante del celular al escroleo sin fin en redes; de la disponibilidad permanente a la autopromoción y la sonrisa de selfie; de las aplicaciones de citas a la aceleración de audios; del VAR como pedagogía perceptiva a, también, los tatuajes y el Metrobús. Porque la tendencia a estar sin estar, la ansiosa necesidad de micronovedades continuas se enmarcan en la idolatrización de las pantallas como umbrales de una esfera luminosa e incorpórea (¿ultraterrena, omnisciente?) que ofrece imágenes de la vida plenas, tanto mejores, pareciera, que nuestros propios cuerpos. 
Este libro propone pensar la compulsión conectiva, el apego encandilado a las pantallas. La ubica en un linaje histórico que incluye la vieja alienación religiosa y la mercantil. Donde confluye, también, el capital financiero, que organiza junto a los dispositivos mediáticos la estresante temporalidad en que vivimos, el “continuo de la Actualidad” que no descansa. 
Un ensayo preciso y fundamental para entender la existencia que armamos en torno a la mediósfera y preguntarnos por la necesaria recuperación del presente.