Hay varias maneras de enfrentar el recuerdo de los padres y, en todas, siempre existe el riesgo de la evocación hagiográfica o el simple ajuste de cuentas, que terminan por convertir al narrador, el hijo huérfano, en el director de una película en la que controla todo: siempre resultan las peores. En Íntima y El origen de todo, dos libros entre los que media algo más de una década y que por primera vez se publican juntos, el uruguayo Roberto Appratto elude el lugar común que el género parece imponer a veces y asume los riesgos que implica dejar que la escritura fluya sobre la capa de recuerdos sobre la que se sustenta. El vaivén —un efecto en el espacio y sobre todo en el tiempo— es casi imperceptible y conmovedor en cada frase: de pronto, se instala en el pasado para contornear un padre que el niño que fue imagina inmenso y algo inalcanzable, y un poco más allá recorta del presente la figura que los años esculpieron en su madre para registrar una escena doméstica y actual. Hay música de fondo, hay películas, hay una ciudad que respira al ritmo algo azaroso de la experiencia: el tono autobiográfico de Appratto parece venido de la naturalidad, de ese lugar impreciso del que solo llegan, a veces, noticias de la literatura verdadera.

Íntima / El origen de todo - Roberta Apprato

$12.000
Íntima / El origen de todo - Roberta Apprato $12.000

Hay varias maneras de enfrentar el recuerdo de los padres y, en todas, siempre existe el riesgo de la evocación hagiográfica o el simple ajuste de cuentas, que terminan por convertir al narrador, el hijo huérfano, en el director de una película en la que controla todo: siempre resultan las peores. En Íntima y El origen de todo, dos libros entre los que media algo más de una década y que por primera vez se publican juntos, el uruguayo Roberto Appratto elude el lugar común que el género parece imponer a veces y asume los riesgos que implica dejar que la escritura fluya sobre la capa de recuerdos sobre la que se sustenta. El vaivén —un efecto en el espacio y sobre todo en el tiempo— es casi imperceptible y conmovedor en cada frase: de pronto, se instala en el pasado para contornear un padre que el niño que fue imagina inmenso y algo inalcanzable, y un poco más allá recorta del presente la figura que los años esculpieron en su madre para registrar una escena doméstica y actual. Hay música de fondo, hay películas, hay una ciudad que respira al ritmo algo azaroso de la experiencia: el tono autobiográfico de Appratto parece venido de la naturalidad, de ese lugar impreciso del que solo llegan, a veces, noticias de la literatura verdadera.