Se puede decir que el del filósofo presocrático Heráclito es un pensamiento múltiple: su riqueza y su atipicidad, sumadas al carácter fragmentario de los textos que se conservan de su obra, que llegaron desperdigados como citas en gran número de autores de la Antigüedad, hacen que al ordenarlos e interpretarlos cada investigador proponga un punto de vista distinto: en cada caso un Heráclito particular. Y es que si bien Heráclito es uno, es también múltiple, como su concepción del kósmos. Heráclito: uno es todo, todo es uno propone, también, una mirada sobre el pensamiento de este filósofo griego pero, por sobre todo, tiene por objetivo introducir al lector en su filosofía y entusiasmarlo con ella. En esta obra, Néstor Cordero no solo presenta el contexto de emergencia del pensamiento heraclíteo y desarrolla con claridad y precisión sus conceptos fundamentales (el lógos, el kósmos, la dialéctica, la identidad, entre otros), sino que además ofrece una reseña de su repercusión en la Antigüedad. Como apéndice se incorpora la traducción de todos los fragmentos recuperados del libro perdido de Heráclito.
Para Heráclito la búsqueda filosófica, que debe desembocar en la posesión de la “sabiduría” (pues él se considera un sabio, no un filósofo), comienza con una actitud crítica respecto de “lo que se dice”. La muchedumbre o piensa mal o directamente no piensa: varias veces vamos a encontrar este diagnóstico lapidario en las citas conservadas del autor. Para intentar revertir esta situación, Heráclito elige un método expositivo que obliga al lector-oyente a “pensar”, a releer varias veces su texto, hasta que asimile el sentido de sus palabras. La abundancia de pasajes auténticos de su obra que se ha podido recuperar es de gran ayuda para aceptar el desafío que consiste en descifrarlos. La tarea vale la pena, ya que prácticamente cada fragmento reserva una sorpresa, ya sea por el sutilísimo juego de palabras, ya sea por lo inesperado de una conclusión. Pareciera que Heráclito había pensado en un eventual lector-oyente cuando escribió que “si no se espera lo inesperable, no se lo alcanzará, pues es inalcanzable y problemático” (fr. 18).

Heráclito - Néstor Cordero

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Se puede decir que el del filósofo presocrático Heráclito es un pensamiento múltiple: su riqueza y su atipicidad, sumadas al carácter fragmentario de los textos que se conservan de su obra, que llegaron desperdigados como citas en gran número de autores de la Antigüedad, hacen que al ordenarlos e interpretarlos cada investigador proponga un punto de vista distinto: en cada caso un Heráclito particular. Y es que si bien Heráclito es uno, es también múltiple, como su concepción del kósmos. Heráclito: uno es todo, todo es uno propone, también, una mirada sobre el pensamiento de este filósofo griego pero, por sobre todo, tiene por objetivo introducir al lector en su filosofía y entusiasmarlo con ella. En esta obra, Néstor Cordero no solo presenta el contexto de emergencia del pensamiento heraclíteo y desarrolla con claridad y precisión sus conceptos fundamentales (el lógos, el kósmos, la dialéctica, la identidad, entre otros), sino que además ofrece una reseña de su repercusión en la Antigüedad. Como apéndice se incorpora la traducción de todos los fragmentos recuperados del libro perdido de Heráclito.
Para Heráclito la búsqueda filosófica, que debe desembocar en la posesión de la “sabiduría” (pues él se considera un sabio, no un filósofo), comienza con una actitud crítica respecto de “lo que se dice”. La muchedumbre o piensa mal o directamente no piensa: varias veces vamos a encontrar este diagnóstico lapidario en las citas conservadas del autor. Para intentar revertir esta situación, Heráclito elige un método expositivo que obliga al lector-oyente a “pensar”, a releer varias veces su texto, hasta que asimile el sentido de sus palabras. La abundancia de pasajes auténticos de su obra que se ha podido recuperar es de gran ayuda para aceptar el desafío que consiste en descifrarlos. La tarea vale la pena, ya que prácticamente cada fragmento reserva una sorpresa, ya sea por el sutilísimo juego de palabras, ya sea por lo inesperado de una conclusión. Pareciera que Heráclito había pensado en un eventual lector-oyente cuando escribió que “si no se espera lo inesperable, no se lo alcanzará, pues es inalcanzable y problemático” (fr. 18).