Hecho de palabra de un testigo a otro pone en escena varias preguntas que indagan en los territorios discursivos de quienes dan testimonio de los crímenes de lesa humanidad en la historia reciente argentina marcada por la dictadura cívico militar (1976/1983) y sus efectos posdictatoriales
¿Qué significa una lengua que resta? ¿Qué resta en la lengua que pulsa por hacerse lugar en la enunciación? ¿Cómo es posible hacer pasar ese resto por un decir cuando aquella que agujerea el archivo de lo dicho, como acervo disponible, es la experiencia invivible del horror y el exterminio?
Lejos de proponerse una verdad como referente fáctico, los textos urgentes que aquí se ofrecen a la lectura forman composiciones en bricolage, que los autores denominan, con un acierto teórico de alta implicación clínica y literaria, ficciones testimoniales.
La verdad, que se estructura en la ficción, no pretende ser aquí ni más ni menos que lo que encuentra en su escritura: el pasaje necesario para transformar un dicho, clausurado en su sentido, en un decir abierto a la polifonía de voces.
Esta aventura textual recorre, no sólo la composición de la letra en los relatos producidos, sino, principalmente, las implicancias éticas y políticas de sostener una palabra en nuestro tiempo.
La veridicción de estos relatos se abre paso a partir de una hiancia irreductible que propone la posibilidad de la palabra allí donde reina la imposibilidad de un decir.
Nos encontramos ante un libro que suscita aquel lugar de la lengua como acontecimiento de una subjetividad. Lugar donde habita el testimonio de lo que aquí es llamado testigo. Testigo que se hace hablante en el gerundio de lo que está pasando. Testigo que atañe a las muchas dimensiones de un decir que, por la vía de la escritura, intenta mantener la posibilidad de seguir diciendo. Estas ficciones testimoniales son una muestra de eso.

Horacio Medina
Fernando Montañez

Hecho de palabra - AA. VV.

$8.000
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Hecho de palabra de un testigo a otro pone en escena varias preguntas que indagan en los territorios discursivos de quienes dan testimonio de los crímenes de lesa humanidad en la historia reciente argentina marcada por la dictadura cívico militar (1976/1983) y sus efectos posdictatoriales
¿Qué significa una lengua que resta? ¿Qué resta en la lengua que pulsa por hacerse lugar en la enunciación? ¿Cómo es posible hacer pasar ese resto por un decir cuando aquella que agujerea el archivo de lo dicho, como acervo disponible, es la experiencia invivible del horror y el exterminio?
Lejos de proponerse una verdad como referente fáctico, los textos urgentes que aquí se ofrecen a la lectura forman composiciones en bricolage, que los autores denominan, con un acierto teórico de alta implicación clínica y literaria, ficciones testimoniales.
La verdad, que se estructura en la ficción, no pretende ser aquí ni más ni menos que lo que encuentra en su escritura: el pasaje necesario para transformar un dicho, clausurado en su sentido, en un decir abierto a la polifonía de voces.
Esta aventura textual recorre, no sólo la composición de la letra en los relatos producidos, sino, principalmente, las implicancias éticas y políticas de sostener una palabra en nuestro tiempo.
La veridicción de estos relatos se abre paso a partir de una hiancia irreductible que propone la posibilidad de la palabra allí donde reina la imposibilidad de un decir.
Nos encontramos ante un libro que suscita aquel lugar de la lengua como acontecimiento de una subjetividad. Lugar donde habita el testimonio de lo que aquí es llamado testigo. Testigo que se hace hablante en el gerundio de lo que está pasando. Testigo que atañe a las muchas dimensiones de un decir que, por la vía de la escritura, intenta mantener la posibilidad de seguir diciendo. Estas ficciones testimoniales son una muestra de eso.

Horacio Medina
Fernando Montañez