Santiago Lazarte, Sofía Valla, Gabriel Forte, Adriana Commisso, Emilio Morano, Daniela Cantú, Héctor Azil, Agustina Bertucci, Marcelo Rosetti

 

Nueve cuentos que toman como punto de partida el dibujo de un animal intervenido por fórmulas, índices, códigos, “sistemas de registro creados, como la escritura, por la mano humana”, como los denomina Hernán Carbonel en el prólogo.

Nueve escritores toman, en sentido literal o metafórico, en zonas rurales o urbanas de la provincia de Buenos Aires -¿hay una sola provincia?- las figuras propuestas y las convierten en historias.

Furia de pampa es un proyecto que nació allá por 2020, cuando la sensibilidad por la animalidad nos mantenía en alerta. Con un puñado de ideas y el pincel de Mauro Watcho se inició este recorrido de furia y narración.

 

¿Una narración a partir de un dibujo? Por qué no. Ricardo Piglia supo decir que una imagen no vale más que mil palabras, sino que “la imagen es instantánea y para leer mil palabras se necesita un tiempo (…) Es que a veces lo bueno se esconde en recovecos imprevistos. Esta antología es uno de ellos. Editada desde el interior, a metros de esa geografía rural que la ocupa y de la que se ocupa, y en presente continuo, es una patriada quijotesca y federal”. (prólogo de Carbonel).

 

Furia de pampa - aavv

$9.000
Furia de pampa - aavv $9.000

Santiago Lazarte, Sofía Valla, Gabriel Forte, Adriana Commisso, Emilio Morano, Daniela Cantú, Héctor Azil, Agustina Bertucci, Marcelo Rosetti

 

Nueve cuentos que toman como punto de partida el dibujo de un animal intervenido por fórmulas, índices, códigos, “sistemas de registro creados, como la escritura, por la mano humana”, como los denomina Hernán Carbonel en el prólogo.

Nueve escritores toman, en sentido literal o metafórico, en zonas rurales o urbanas de la provincia de Buenos Aires -¿hay una sola provincia?- las figuras propuestas y las convierten en historias.

Furia de pampa es un proyecto que nació allá por 2020, cuando la sensibilidad por la animalidad nos mantenía en alerta. Con un puñado de ideas y el pincel de Mauro Watcho se inició este recorrido de furia y narración.

 

¿Una narración a partir de un dibujo? Por qué no. Ricardo Piglia supo decir que una imagen no vale más que mil palabras, sino que “la imagen es instantánea y para leer mil palabras se necesita un tiempo (…) Es que a veces lo bueno se esconde en recovecos imprevistos. Esta antología es uno de ellos. Editada desde el interior, a metros de esa geografía rural que la ocupa y de la que se ocupa, y en presente continuo, es una patriada quijotesca y federal”. (prólogo de Carbonel).