Pocas veces la literatura logra realizar la pirueta mágica de hablarnos del más allá sin desplazarse ni un centímetro del “más acá”. Los cuentos y poemas de María Guerrieri se encuentran dentro de ese selecto grupo de textos. Como si se tratara de pinturas en una exhibición, cada pieza de este volumen nos abre una delicada puerta  hacia una realidad dulce y salvaje,  descontrolada y pulcra, leve y densa, todo a la vez.  Temores que se transforman en fiestas, escenarios domésticos que se vuelven viajes imposibles o figuras geométricas que un día deciden ponerse a comprar… todo en el universo de María Guerrieri está en constante transformación y nos acerca  (sin permitirnos entrar nunca del todo) al raro enigma de su corazón.
Cecilia Pavón

Son dibujos pero les gustaría ser grabados: sugieren la utopía o el esbozo de un goce femenino indeterminado, en las comisuras de una sonrisa reproducida mil veces. Hay mujeres que hablan, gatos y flores enredadas, todo en una línea que acostumbra ser áspera, con algo de bisturí o de machete. Los dibujos de María Guerrieri dan la idea de un arte que se quiere desvestir, bajarse del pedestal y salir caminando: es un arte que rehúsa tener nombre, que se contagia como la risa o el brote místico.
Claudio Iglesias

Fuente de chocolate - María Guerrieri

$16.000
Fuente de chocolate - María Guerrieri $16.000

Pocas veces la literatura logra realizar la pirueta mágica de hablarnos del más allá sin desplazarse ni un centímetro del “más acá”. Los cuentos y poemas de María Guerrieri se encuentran dentro de ese selecto grupo de textos. Como si se tratara de pinturas en una exhibición, cada pieza de este volumen nos abre una delicada puerta  hacia una realidad dulce y salvaje,  descontrolada y pulcra, leve y densa, todo a la vez.  Temores que se transforman en fiestas, escenarios domésticos que se vuelven viajes imposibles o figuras geométricas que un día deciden ponerse a comprar… todo en el universo de María Guerrieri está en constante transformación y nos acerca  (sin permitirnos entrar nunca del todo) al raro enigma de su corazón.
Cecilia Pavón

Son dibujos pero les gustaría ser grabados: sugieren la utopía o el esbozo de un goce femenino indeterminado, en las comisuras de una sonrisa reproducida mil veces. Hay mujeres que hablan, gatos y flores enredadas, todo en una línea que acostumbra ser áspera, con algo de bisturí o de machete. Los dibujos de María Guerrieri dan la idea de un arte que se quiere desvestir, bajarse del pedestal y salir caminando: es un arte que rehúsa tener nombre, que se contagia como la risa o el brote místico.
Claudio Iglesias