Nora Eckert llegó a Berlín en la Navidad de 1973. La ciudad, todavía con las cicatrices de la guerra, se había convertido en símbolo de libertad. Poco después comenzó a trabajar como guardarropa en el Chez Romy Haag, un faro de diversión y lentejuelas donde por las noches se daban cita artistas como David Bowie, Tina Turner o Grace Jones. Sumida en ese esplendor, comenzó su transición de género para dejar atrás la frustración que la había acompañado siempre. Flores particulares son las apasionantes memorias de Nora Eckert, periodista y crítica cultural alemana, que desbordan aventuras narradas con humor, naturalidad y nostalgia, y constituyen una celebración del salvaje y hedonista Berlín Occidental.  

¿Me percibo de otra manera por ser yo mujer trans? Y de ser asi, ¿en qué sentido? ¿Soy quiza mas sensible hacia las cuestiones de genero? En realidad, que irrelevante me parece hoy todo esto y que insignificante me lo parecia ya entonces. ¿A quien le importaba mi trans*idad, a no ser que estuviera dispuesta a pasear con un sello oficial de exotismo? Cuando me presentaba al mundo siendo mujer, intelectual y melomana entusiasta, la idea del teatro del mundo se me hacia patente con toda la fuerza de su realidad. La vida es una representacion.

Flores particulares - Nora Eckert

$36.000
Flores particulares - Nora Eckert $36.000

Nora Eckert llegó a Berlín en la Navidad de 1973. La ciudad, todavía con las cicatrices de la guerra, se había convertido en símbolo de libertad. Poco después comenzó a trabajar como guardarropa en el Chez Romy Haag, un faro de diversión y lentejuelas donde por las noches se daban cita artistas como David Bowie, Tina Turner o Grace Jones. Sumida en ese esplendor, comenzó su transición de género para dejar atrás la frustración que la había acompañado siempre. Flores particulares son las apasionantes memorias de Nora Eckert, periodista y crítica cultural alemana, que desbordan aventuras narradas con humor, naturalidad y nostalgia, y constituyen una celebración del salvaje y hedonista Berlín Occidental.  

¿Me percibo de otra manera por ser yo mujer trans? Y de ser asi, ¿en qué sentido? ¿Soy quiza mas sensible hacia las cuestiones de genero? En realidad, que irrelevante me parece hoy todo esto y que insignificante me lo parecia ya entonces. ¿A quien le importaba mi trans*idad, a no ser que estuviera dispuesta a pasear con un sello oficial de exotismo? Cuando me presentaba al mundo siendo mujer, intelectual y melomana entusiasta, la idea del teatro del mundo se me hacia patente con toda la fuerza de su realidad. La vida es una representacion.