Isabel Quintana investiga con perspicacia la representación de las crisis de la memoria a través de la literatura. Su punto de partida es la definición benjaminiana de la “experiencia plena”, concebida como un bien perdido que busca hacerse oír. Quintana analiza el periodo que comprende desde las dictaduras militares hasta el neoliberalismo de nuestros días, concentrándose en la obra de Ricardo Piglia y Juan José Saer, Cristina Peri Rossi y Silviano Santiago. Su estudio indaga prácticas escriturarias que luchan contra lo informe de la memoria tratando de articular horizontes posibles de sentido. Más allá de las premisas de continuidad y ruptura, Quintana insiste en aquellas instancias en que la novela se hace cargo de la historia de manera oblicua. Leyendo en los intersticios, desarma genealogías y reconstruye la función alegórica que vincula literatura y política; traza, en fin, la lenta y conflictiva experiencia del escritor en su afán de capturar una memoria elusiva. De esta manera, la relación entre pasado y presente, el terror provocado por los años de dictadura militar y la sombra agobiante del neoliberalismo entran en este excelente estudio para puntualizar ansiedades y alumbrar vínculos posibles entre política, ficción y subjetividad. FRANCINE MASIELLO

Figuras de la experiencia en el fin de siglo - Isabel Quinta

$13.720
Figuras de la experiencia en el fin de siglo - Isabel Quinta $13.720

Isabel Quintana investiga con perspicacia la representación de las crisis de la memoria a través de la literatura. Su punto de partida es la definición benjaminiana de la “experiencia plena”, concebida como un bien perdido que busca hacerse oír. Quintana analiza el periodo que comprende desde las dictaduras militares hasta el neoliberalismo de nuestros días, concentrándose en la obra de Ricardo Piglia y Juan José Saer, Cristina Peri Rossi y Silviano Santiago. Su estudio indaga prácticas escriturarias que luchan contra lo informe de la memoria tratando de articular horizontes posibles de sentido. Más allá de las premisas de continuidad y ruptura, Quintana insiste en aquellas instancias en que la novela se hace cargo de la historia de manera oblicua. Leyendo en los intersticios, desarma genealogías y reconstruye la función alegórica que vincula literatura y política; traza, en fin, la lenta y conflictiva experiencia del escritor en su afán de capturar una memoria elusiva. De esta manera, la relación entre pasado y presente, el terror provocado por los años de dictadura militar y la sombra agobiante del neoliberalismo entran en este excelente estudio para puntualizar ansiedades y alumbrar vínculos posibles entre política, ficción y subjetividad. FRANCINE MASIELLO