Las antiprincesas crecieron y dejaron de esperar ser besadas por el príncipe para despertarse de un sueño de un siglo, de sufrir el miedo de cruzar por el bosque y de cargar una coronita en la cabeza que achataba sus sueños. El pañuelo verde, de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, se colgó de las mochilas y entró a las aulas, viajó en colectivo, se reconvirtió en un símbolo de complicidad en las plazas y se vistió de aullido de poder en los puños.
Ya son sujetas políticas y de derecho: están en las calles, en las redes sociales, en los centros de estudiantes, en las organizaciones sociales y políticas, en la música y en el arte, en las radios y en el diseño y se hacen ver y escuchar en todos lados donde están, incluso -y con un rol fundamental- en las mesas de sus casas.
Las chicas toman la palabra. Y ponenel cuerpo. Buscan ser más libres, más gozosas, esquivar los cuerpos uniformados, gritarle al acoso callejero, reclamar por sus amigas, tener sexo sin el fantasma de la clandestinidad del aborto. Son protagonistas de la revolución de las hijas... Son las jóvenas y escriben su propia historia.
Bienvenidas al mundo que soñamos.

Feminismo para jóvenas - Nadia Fink y Laura Rosso

$12.500
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Las antiprincesas crecieron y dejaron de esperar ser besadas por el príncipe para despertarse de un sueño de un siglo, de sufrir el miedo de cruzar por el bosque y de cargar una coronita en la cabeza que achataba sus sueños. El pañuelo verde, de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, se colgó de las mochilas y entró a las aulas, viajó en colectivo, se reconvirtió en un símbolo de complicidad en las plazas y se vistió de aullido de poder en los puños.
Ya son sujetas políticas y de derecho: están en las calles, en las redes sociales, en los centros de estudiantes, en las organizaciones sociales y políticas, en la música y en el arte, en las radios y en el diseño y se hacen ver y escuchar en todos lados donde están, incluso -y con un rol fundamental- en las mesas de sus casas.
Las chicas toman la palabra. Y ponenel cuerpo. Buscan ser más libres, más gozosas, esquivar los cuerpos uniformados, gritarle al acoso callejero, reclamar por sus amigas, tener sexo sin el fantasma de la clandestinidad del aborto. Son protagonistas de la revolución de las hijas... Son las jóvenas y escriben su propia historia.
Bienvenidas al mundo que soñamos.