Este libro arma una bomba en el sentido común peronista, esconde una bomba en el gorilismo tan común. Evita homoerótica, queer, madre de ningún hijo, loca por su prole, puta que coge en hoteles roñosos a cada doña o peón lumpen. En el ensayo, el relato y la poética de Perlongher se cruzan la militancia, el humor ácido y una irreverencia de aire aristocrático y talante popular. Fango y exilio, obsesión conceptual y jolgorio sexual, otras prosas que integran este libro se hacen eco de sus recorridos. Pero en él, sobre todo, Evita vive y vuelve. Y no es un asunto de Estado, sino de pueblo difuso y rincón opaco: “Grasitas, grasitas míos, Evita lo vigila todo, Evita va a volver por este barrio y por todos los barrios para que no les hagan nada a sus descamisados”. “Chau loco, hasta los viejos lloraban, algunos se le querían acercar, pero ella les decía: ‘Ahora debo irme, debo volver al cielo’”. Así habla la Evita de Perlongher cuando en vez de irse, está volviendo. En una época en que textos mínimos provocan cataratas de insultos y blasfemias, este texto tan insultado de otra época vuelve también, con su amenaza de estallido y onda expansiva.

Evita vive - Néstor Perlongher

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Evita vive - Néstor Perlongher $11.000

Este libro arma una bomba en el sentido común peronista, esconde una bomba en el gorilismo tan común. Evita homoerótica, queer, madre de ningún hijo, loca por su prole, puta que coge en hoteles roñosos a cada doña o peón lumpen. En el ensayo, el relato y la poética de Perlongher se cruzan la militancia, el humor ácido y una irreverencia de aire aristocrático y talante popular. Fango y exilio, obsesión conceptual y jolgorio sexual, otras prosas que integran este libro se hacen eco de sus recorridos. Pero en él, sobre todo, Evita vive y vuelve. Y no es un asunto de Estado, sino de pueblo difuso y rincón opaco: “Grasitas, grasitas míos, Evita lo vigila todo, Evita va a volver por este barrio y por todos los barrios para que no les hagan nada a sus descamisados”. “Chau loco, hasta los viejos lloraban, algunos se le querían acercar, pero ella les decía: ‘Ahora debo irme, debo volver al cielo’”. Así habla la Evita de Perlongher cuando en vez de irse, está volviendo. En una época en que textos mínimos provocan cataratas de insultos y blasfemias, este texto tan insultado de otra época vuelve también, con su amenaza de estallido y onda expansiva.