La impronta etnocéntrica del saber que Europa generó sobre los pueblos que fueron objeto de sus observaciones y disciplinamiento se devela en las narraciones que misioneros, viajeros, militares y científicos hicieron de los encuentros con la otredad. Una lectura atenta a los relatos de las impresiones que dichos agentes tuvieron cuando sus oídos"descubrían" las manifestaciones sonoras de los habitantes originarios del Chaco -pilagá- y de Tierra del Fuego -alakaluf, selknam y yagan- desenmascara sus preferencias estéticas, la traza logocéntrica y positivista de las perspectivas científicas que guiaron sus investigaciones y, en muchos caos también, su ideología colonialista. El desmantelamiento de estos relatos se efectúa mediante una suerte de "epistemología del encuentro y el velo". Una epistemología que recorre los procedimientos metodológicos, los marcos teóricos y las estrategias de escritura de los cronistas con el propósito de visibilizar las fuerzas que describen y analizan las músicas ajenas a la cultura y a la sensibilidad del observador, y que coloca en el centro de la discusión al oído; un dispositivo cultural de percepción de la otredad regido por un poderoso axioma: todo lo diferente es inferior. Así se devela que las músicas de los pueblos originarios fueron percibidas como "primitivas", "simples", "monótonas", "amorfas" e "irritantes". Los archivos sonoros, los dispositivos tecnológicos y los modos de representación conformados y empleados por investigadores de distintas latitudes son también examinados con esta finalidad.

Etnografías del encuentro - Miguel A. García

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La impronta etnocéntrica del saber que Europa generó sobre los pueblos que fueron objeto de sus observaciones y disciplinamiento se devela en las narraciones que misioneros, viajeros, militares y científicos hicieron de los encuentros con la otredad. Una lectura atenta a los relatos de las impresiones que dichos agentes tuvieron cuando sus oídos"descubrían" las manifestaciones sonoras de los habitantes originarios del Chaco -pilagá- y de Tierra del Fuego -alakaluf, selknam y yagan- desenmascara sus preferencias estéticas, la traza logocéntrica y positivista de las perspectivas científicas que guiaron sus investigaciones y, en muchos caos también, su ideología colonialista. El desmantelamiento de estos relatos se efectúa mediante una suerte de "epistemología del encuentro y el velo". Una epistemología que recorre los procedimientos metodológicos, los marcos teóricos y las estrategias de escritura de los cronistas con el propósito de visibilizar las fuerzas que describen y analizan las músicas ajenas a la cultura y a la sensibilidad del observador, y que coloca en el centro de la discusión al oído; un dispositivo cultural de percepción de la otredad regido por un poderoso axioma: todo lo diferente es inferior. Así se devela que las músicas de los pueblos originarios fueron percibidas como "primitivas", "simples", "monótonas", "amorfas" e "irritantes". Los archivos sonoros, los dispositivos tecnológicos y los modos de representación conformados y empleados por investigadores de distintas latitudes son también examinados con esta finalidad.