Estos poemas de Enrique Campos funcionan como portales a un terreno de experiencia, sutiles, luminosos y táctiles. Porque sus palabras evocan sensaciones, algo más que lo que el signicado nos diría. Porque, ¿qué quiere decir signicar? ¿Trazar un contorno, un signo, abrazar una sospecha? Una poesía que es poesía, porque posee la sombra de si misma.

Los poemas de Eterno solo para él dan una idea respecto a la situación de un estado de ánimo, la visión de un punto ciego que reverbera en el recuerdo, situándose en un momento exacto que es el de la vida detenida que se inventa a sí misma.