Los medios no transmiten lo que ocurre en la realidad social, sino que imponen lo que construyen del espacio público. La información es esencialmente una cuestión de lenguaje, y el lenguaje no es transparente (...). Incluso la imagen, que creíamos era la más apta para reflejar el mundo tal como es, tiene su propia opacidad que descubrimos de forma evidente cunado produce efectos perversos (imágenes humanitarias) o se pone al servicio de una falsedad (...). A causa de su ideología, que consiste en "mostrar a toda costa" en "hacer visible lo invisible" y en "seleccionar lo más sorprendente" (los trenes que no llegan a la hora), construye una visión parcializada de ese espacio público, una visión adecuada a sus objetivos pero muy alejada de un reflejo fiel.
En todo caso, si bien la serie de Potter está construída sobre la base del modelo de los mundos paralelos, parece claro que se trata de una versión bastante particular. El mundo "normal" de los mugglers no es el mundo de referencia, salvo como punto de comparación negativo, dado que es permanentemente descalificado, y aparece sólo como apertura y cierre de cada episodio. El mundo de los magos, donde transcurre lo esencial de cada historia, es en realidad el mundo extra-diegético del destinatario, transformado por la presencia de la magia como dimensión de lo cotidiano. El propio Harry Potter, con su origen doble, hijo de madre muggler y padre mago, encarna probablemente la problemática actual del multiculturalismo como cruzamiento de mundos.

Con lo cual se podría pensar que se trata de un meta-relato, una suerte de comentario acerca del rol de la literatura infantil en el proceso de incorporación de los niños al mundo adulto, con el fin de plantear otras preguntas, dirigidas tal vez también a los adultos: ¿Incorporación a qué mundo? ¿A un mundo aburrido, monótono, egoista, agresivo, simbolizado por los tíos de Harry y por su primo Dudley, mirando televisión y cada vez más gordo? Le parecía útil explorar el alcance de esta interpretación, que consistiría en decir que, si por un lado la narración de Harry Potter, considerada en su estructura interna, responde al modelo de los mundos paralelos, ese paralelismo entra a su vez en paralelo con el mundo del género literario en cuestión (lo cual hace claramente de Harry Potter un meta-relato), generando una suerte de metáfora en tres tiempos.
Si la descontextualización es típicamente resultado de la existencia de soportes materiales autónomos, la mediatización del lenguaje (en sociedades que eran ya sociedades con escritura sobre soportes autónomos mucho antes de la aparición de la imprenta) ha sido el primer factor fundamental de complexificación creciente de las sociedades, ese factor que Goody llamó la "razón gráfica". Ella introduce una serie de fenómenos que podemos llamar cambios de escala. La mediatización de las operaciones primeras y segundas, es decir, de las representaciones icónicas y del contacto indicial, produce en cambio lo que llamaremos rupturas de escala. Hablamos de ruptura porque la mediatización de la primeridad y de la secundidad introduce en un nivel colectivo operaciones que antes sólo eran posibles en el contexto inmediato de la semiosis interindividual: cuando el susurro pasional del amado en el oído de la amada, es visto en gran plano y escuchado por varios millones de personas, estamos ante un fenómeno de ruptura de escala. Los medios modernos, llamados durante mucho tiempo "de masas", son dispositivos de ruptura de escala.

Espacios mentales. Efectos de agenda 2 - Eliseo Verón

$20.300
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Los medios no transmiten lo que ocurre en la realidad social, sino que imponen lo que construyen del espacio público. La información es esencialmente una cuestión de lenguaje, y el lenguaje no es transparente (...). Incluso la imagen, que creíamos era la más apta para reflejar el mundo tal como es, tiene su propia opacidad que descubrimos de forma evidente cunado produce efectos perversos (imágenes humanitarias) o se pone al servicio de una falsedad (...). A causa de su ideología, que consiste en "mostrar a toda costa" en "hacer visible lo invisible" y en "seleccionar lo más sorprendente" (los trenes que no llegan a la hora), construye una visión parcializada de ese espacio público, una visión adecuada a sus objetivos pero muy alejada de un reflejo fiel.
En todo caso, si bien la serie de Potter está construída sobre la base del modelo de los mundos paralelos, parece claro que se trata de una versión bastante particular. El mundo "normal" de los mugglers no es el mundo de referencia, salvo como punto de comparación negativo, dado que es permanentemente descalificado, y aparece sólo como apertura y cierre de cada episodio. El mundo de los magos, donde transcurre lo esencial de cada historia, es en realidad el mundo extra-diegético del destinatario, transformado por la presencia de la magia como dimensión de lo cotidiano. El propio Harry Potter, con su origen doble, hijo de madre muggler y padre mago, encarna probablemente la problemática actual del multiculturalismo como cruzamiento de mundos.

Con lo cual se podría pensar que se trata de un meta-relato, una suerte de comentario acerca del rol de la literatura infantil en el proceso de incorporación de los niños al mundo adulto, con el fin de plantear otras preguntas, dirigidas tal vez también a los adultos: ¿Incorporación a qué mundo? ¿A un mundo aburrido, monótono, egoista, agresivo, simbolizado por los tíos de Harry y por su primo Dudley, mirando televisión y cada vez más gordo? Le parecía útil explorar el alcance de esta interpretación, que consistiría en decir que, si por un lado la narración de Harry Potter, considerada en su estructura interna, responde al modelo de los mundos paralelos, ese paralelismo entra a su vez en paralelo con el mundo del género literario en cuestión (lo cual hace claramente de Harry Potter un meta-relato), generando una suerte de metáfora en tres tiempos.
Si la descontextualización es típicamente resultado de la existencia de soportes materiales autónomos, la mediatización del lenguaje (en sociedades que eran ya sociedades con escritura sobre soportes autónomos mucho antes de la aparición de la imprenta) ha sido el primer factor fundamental de complexificación creciente de las sociedades, ese factor que Goody llamó la "razón gráfica". Ella introduce una serie de fenómenos que podemos llamar cambios de escala. La mediatización de las operaciones primeras y segundas, es decir, de las representaciones icónicas y del contacto indicial, produce en cambio lo que llamaremos rupturas de escala. Hablamos de ruptura porque la mediatización de la primeridad y de la secundidad introduce en un nivel colectivo operaciones que antes sólo eran posibles en el contexto inmediato de la semiosis interindividual: cuando el susurro pasional del amado en el oído de la amada, es visto en gran plano y escuchado por varios millones de personas, estamos ante un fenómeno de ruptura de escala. Los medios modernos, llamados durante mucho tiempo "de masas", son dispositivos de ruptura de escala.