Nunca un título más justo. En una de sus acepciones, la etimología flotante de la palabra 'sencillo' repone el sentido que toma en este libro: 'uno cada vez'. En este libro, cada ensayo se apoya en esa condición para dar lugar a la experiencia de la lectura. Cada capítulo ejerce, para decirlo con un rodeo lazamesco, un 'fragmento de un imán'; atraen, imantan al lector, despiertan en él la curiosidad.

La pregunta insidiosa que atraviesa todos los textos es sólida y reverbera en los oídos del lector: ¿adónde vamos al recordar lo que sabemos? Acaso por eso, más que a conjeturales respuestas, estos ensayos se dirigen siempre a la materia con la que están hechas las preguntas. Si es la escultura va de la consistencia del mármol a la fragilidad indestructible del mimbre, la lengua va desde el juego sutil de la ortografía a la materialidad musical en que lo popular se manifiesta como cultura.

Pero lo más importante es que Jitrik no renuncia a una política de la lengua. Toma el sueño de Rimbaud (en que un acto poético y un acto político producen un acontecimiento inédito en el orden del discurso) y la ejerce en la materialidad ética de su enunciación, sin desconocer la entropía -la medida de la incertidumbre- que toca tanto al  acto de habla como al acontecimiento de la escritura.

Siguiendo la manera en que Mallarme se apropia de Poe, y sin ocultar la referencia a Martí, Ensayos sencillos existe para devolver sentido a las palabras de la tribu. Esto es, para recobrar las palabras dichas y para ponerlas a circular en el murmullo del presente. La tribu crece siempre a través de los nombres: Sarmiento, Martínez Estrada, Marechal, Cortázar, Borges, Arlt, Bioy Casares, Piglia, Margo Glantz, Nicolás Rosa, David Viñas. Y es justo agregar: Noé Jitrik

Ensayos Sencillos - Noé Jitrik

$19.300
Ensayos Sencillos - Noé Jitrik $19.300

Nunca un título más justo. En una de sus acepciones, la etimología flotante de la palabra 'sencillo' repone el sentido que toma en este libro: 'uno cada vez'. En este libro, cada ensayo se apoya en esa condición para dar lugar a la experiencia de la lectura. Cada capítulo ejerce, para decirlo con un rodeo lazamesco, un 'fragmento de un imán'; atraen, imantan al lector, despiertan en él la curiosidad.

La pregunta insidiosa que atraviesa todos los textos es sólida y reverbera en los oídos del lector: ¿adónde vamos al recordar lo que sabemos? Acaso por eso, más que a conjeturales respuestas, estos ensayos se dirigen siempre a la materia con la que están hechas las preguntas. Si es la escultura va de la consistencia del mármol a la fragilidad indestructible del mimbre, la lengua va desde el juego sutil de la ortografía a la materialidad musical en que lo popular se manifiesta como cultura.

Pero lo más importante es que Jitrik no renuncia a una política de la lengua. Toma el sueño de Rimbaud (en que un acto poético y un acto político producen un acontecimiento inédito en el orden del discurso) y la ejerce en la materialidad ética de su enunciación, sin desconocer la entropía -la medida de la incertidumbre- que toca tanto al  acto de habla como al acontecimiento de la escritura.

Siguiendo la manera en que Mallarme se apropia de Poe, y sin ocultar la referencia a Martí, Ensayos sencillos existe para devolver sentido a las palabras de la tribu. Esto es, para recobrar las palabras dichas y para ponerlas a circular en el murmullo del presente. La tribu crece siempre a través de los nombres: Sarmiento, Martínez Estrada, Marechal, Cortázar, Borges, Arlt, Bioy Casares, Piglia, Margo Glantz, Nicolás Rosa, David Viñas. Y es justo agregar: Noé Jitrik