¿Qué diferencia al cuerpo de la palabra? Si esta pregunta es posible, es la que se plantea Maximiliano, secretamente, poema a poema. El lenguaje es evolución porque trae como novedad a la mentira y la mentira se funda para la complicidad, para la alianza con un otro. La verdad primordial del cuerpo es su soledad, hasta que se aprende ese hechizo, esa perversión que es la lengua. Es la comunión con el prójimo, la moneda de cambio del malentendido del que parten todas las historias del mundo. Si el cuerpo es isla, la palabra es urbe. Si el cuerpo es vértigo, intimidad, percepción; la palabra es mareo, trueque, conjetura. Pero, ¿de qué adolece la lengua? Porque, si bien la palabra congrega, si no es oída, si no es leída, ¿acaso existe? Este libro se pregunta cuál es el borde que hay que cruzar para que se produzca el hecho artístico, la conmoción, eso trascendental que nos invita a un silencio honesto. Leerlo implica entrenar la mirada, pensar los puentes que tendemos para una comunicación siempre imperfecta, cuestionar los gestos de lo humano para dejar una huella. Es una experiencia sensorial que rebota entre el vacío y el aturdimiento, la sorpresa primigenia frente al eco.

En la soledad de los cuerpos - Maximiliano Cánepa

$6.000
En la soledad de los cuerpos - Maximiliano Cánepa $6.000

¿Qué diferencia al cuerpo de la palabra? Si esta pregunta es posible, es la que se plantea Maximiliano, secretamente, poema a poema. El lenguaje es evolución porque trae como novedad a la mentira y la mentira se funda para la complicidad, para la alianza con un otro. La verdad primordial del cuerpo es su soledad, hasta que se aprende ese hechizo, esa perversión que es la lengua. Es la comunión con el prójimo, la moneda de cambio del malentendido del que parten todas las historias del mundo. Si el cuerpo es isla, la palabra es urbe. Si el cuerpo es vértigo, intimidad, percepción; la palabra es mareo, trueque, conjetura. Pero, ¿de qué adolece la lengua? Porque, si bien la palabra congrega, si no es oída, si no es leída, ¿acaso existe? Este libro se pregunta cuál es el borde que hay que cruzar para que se produzca el hecho artístico, la conmoción, eso trascendental que nos invita a un silencio honesto. Leerlo implica entrenar la mirada, pensar los puentes que tendemos para una comunicación siempre imperfecta, cuestionar los gestos de lo humano para dejar una huella. Es una experiencia sensorial que rebota entre el vacío y el aturdimiento, la sorpresa primigenia frente al eco.