¿Qué es un recuerdo? Llegamos a la Luna –sí, fogoneros de las conspiraciones: llegamos-, revelamos el mapa genético de nuestra especie, exportamos cementerios de bacterias y metal a lo largo y ancho del universo, y aún así, la memoria sigue siendo un país desconocido. El protagonista de El recurso humano lo sabe. Intenta traspasar sus fronteras, internarse en sus dominios, su terra incognita. Busca tirar de los hilos del guion, descifrar la lógica inmanente de sus recuerdos como mejor puede: reconstruyendo en orden inverso un diario personal –la superficie textual más íntima de las tecnologías del yo— con la potencialidad autodestructiva de la cuenta regresiva que precede de la explosión. 

“¿Somos libres de pensar, sentir y experimentar todo lo que pensamos, sentimos y experimentamos, o se trata de rumbos predefinidos, de pensamientos ya procesados, de sentimientos catalogados, de experiencias acotadas a una esfera cerrada de posibilidades predecibles a partir de una fórmula logarítmica?”, se pregunta este programados freelance con leves inquietudes humanísticas, todo un filósofo del siglo XXI, dedicado a anticipar los deseos de consumo de la población.

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Más que una novela “tecno” o “neuro”, El recurso humano de Nicolás Mavrakis –hijo no reconocido de un menage á trois entre Michel Houellebecq, Chuck Palahniuk Y Bret Easton Ellis— es una exploración de la papelera de reciclaje de la realidad: ahí, en los despojos de nuestra época, donde se cruzan deseos y materialidad, recuerdos y bytes, razón y emoción, la mente y el mundo. 

Federico Kukso