'El Proceso es una novela que podría calificarse de utopía negativa. Un mundo totalitario donde reinan la injusticia y la delación. El hombre está absolutamente rebajado de su condición y maltratado. 'Como un perro (Hund)', se lee en el último renglón, con óptica similar al das (la cosa, eso) con que se califica al Gregorio Samsa devenido insecto en La Metamorfosis. El hombre de las primeras décadas del siglo XX es descripto por Franz Kafka como un individuo despojado de su condición, de su libertad, de su cuerpo mismo; nada es de su propiedad, no existen ni los secretos más íntimos. José K., el protagonista de esta dolorosa historia, es un ser abandonado, observado, humillado. Y aunque no se justificaría el maltrato en caso de no ser inocente, no sólo no es culpable sino que tampoco sabe cuál es la causa penal que se le sigue. Los tribunales son omnipresentes: por cualquier puerta de cualquier habitación se accede a un pasillo o escalera que lleva hasta ellos.' Jorge Goyeneche