Delia se olvida y confunde las cosas, es una mujer mayor que acaba de enviudar, de ella va a tener que ocuparse la narradora mientras se repone de sus propias pérdidas. En el departamento de Delia falta el aire, hay olor rancio y cucarachas por todas partes. Las descripciones de Fernanda Riveros son tan vívidas que sin darnos cuenta fruncimos la nariz al entrar y volvemos a respirar aliviados al salir. No hay épica pero sí un camino de obstáculos y vacilaciones que ponen a prueba a la esposa joven y voluntariosa que narra la historia. Si su relato se impone es porque enfrenta la adversidad con paciencia y observación atenta. Atributos que en la escritura son casi todo. Fernanda es una escritora con un pulso narrativo envidiable que sabe hasta dónde contar, qué callar y cómo cerrar un capítulo y dejar prendido al lector (el único lugar donde su oficio de guionista se cuela con maestría). Qué cosas mantienen unida a una familia o a un matrimonio, son algunas de las preguntas que sobrevuelan El peso de las mariposas, una novela delicadamente sombría que guarda secretos luminosos. - Alejandra Zina