¿En qué momento la leyenda se convirtió en un engaño? ¿Por qué se modificó una fecha de fundación de un club de fútbol? ¿Cuándo se decidió cambiar radicalmente los colores de una institución? ¿Y la mudanza de un barrio a otro a varios kilómetros del lugar de nacimiento? Son preguntas que intentan tener respuesta en este trabajo del periodista Alejandro Fabbri, que unifica fundaciones, camisetas primitivas y colores elegidos.
Cuesta entender la razón por la que las autoridades de River en algún momento decidieron que el club se había fundado tres años antes de la fecha original, lo mismo que Colón de Santa Fe, con una existencia que arranca, en realidad, varios años después de la supuesta creación del club. ¿Huracán era una marca de útiles y Vélez Sársfield una estación de tren? ¿Lo del taladro vino de un diario nazi y los calamares nacieron porque las camisetas se embarraban enseguida y se cargaban de tinta? Todo vale, todo sirve, colores, barrios divididos por pasiones genuinas que se fueron modificando, apodos que crecieron hasta eclipsar a otros. Vale la pena meterse en aquella Argentina que se apropió del fútbol que trajeron los ingleses hasta cambiarlo, vestirlo de otra manera y largarlo al mundo con camiseta albiceleste. Es el fútbol argentino. Con identidad única. Fabbri, que ha recorrido casi todas sus canchas, puede contarlo.
 

El nacimiento de una pasión - Alejandro Fabbri

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¿En qué momento la leyenda se convirtió en un engaño? ¿Por qué se modificó una fecha de fundación de un club de fútbol? ¿Cuándo se decidió cambiar radicalmente los colores de una institución? ¿Y la mudanza de un barrio a otro a varios kilómetros del lugar de nacimiento? Son preguntas que intentan tener respuesta en este trabajo del periodista Alejandro Fabbri, que unifica fundaciones, camisetas primitivas y colores elegidos.
Cuesta entender la razón por la que las autoridades de River en algún momento decidieron que el club se había fundado tres años antes de la fecha original, lo mismo que Colón de Santa Fe, con una existencia que arranca, en realidad, varios años después de la supuesta creación del club. ¿Huracán era una marca de útiles y Vélez Sársfield una estación de tren? ¿Lo del taladro vino de un diario nazi y los calamares nacieron porque las camisetas se embarraban enseguida y se cargaban de tinta? Todo vale, todo sirve, colores, barrios divididos por pasiones genuinas que se fueron modificando, apodos que crecieron hasta eclipsar a otros. Vale la pena meterse en aquella Argentina que se apropió del fútbol que trajeron los ingleses hasta cambiarlo, vestirlo de otra manera y largarlo al mundo con camiseta albiceleste. Es el fútbol argentino. Con identidad única. Fabbri, que ha recorrido casi todas sus canchas, puede contarlo.