Stevenson logra la elección de la palabra justa, insustituible, el sentido de los colores y los sonidos, el detalle observado con exactitud, y cambia los excesos de sentimentalismo por el ejercicio de la sobriedad, el dominio y la verdad de la frase, de la sensación y del gesto.
En este libro se incluyen tres cuentos cortos que fueron reunidos junto a otros por el autor, bajo el título Las nuevas noches árabes, que nada tienen que ver con las historias y fantasías orientales que nos acercaba Sherezade.
En El diablo en la botella, se destaca ante todo el sentido de lo moral y de la ética en la conducta del hombre, quien debe conseguir su felicidad y su dicha -las que sin dudas se merece- con su propio esfuerzo, por el buen camino y sin perjudicar a los demás para obtenerlas.
Luego, aparece El ladrón de cadáveres, tenebroso relato y joya del estilo narrativo gótico, en el que dos antiguos colegas se reencuentran y vuelve el pasado sobre uno de ellos, recordando prácticas de medicina macabras con cuerpos conseguidos de maneras poco legales. Todo con el impecable ambiente descrito que oscila entre los momentos de la vida cotidiana y los rasgos horrorosos de la mente perturbada.
Por último nos encontramos con Olalla, relato que habla sobre la degeneración de una familia noble española en tiempos de la guerra napoleónica. Con menos agilidad en su narración, Stevenson propone, de igual modo, una nueva realidad improbable aunque plausible, planteando la soledad de un personaje que buscando recuperar su salud física y mental en un lugar apartado

El diablo en la botella - Robert L. Stevenson

$15.000
El diablo en la botella - Robert L. Stevenson $15.000

Stevenson logra la elección de la palabra justa, insustituible, el sentido de los colores y los sonidos, el detalle observado con exactitud, y cambia los excesos de sentimentalismo por el ejercicio de la sobriedad, el dominio y la verdad de la frase, de la sensación y del gesto.
En este libro se incluyen tres cuentos cortos que fueron reunidos junto a otros por el autor, bajo el título Las nuevas noches árabes, que nada tienen que ver con las historias y fantasías orientales que nos acercaba Sherezade.
En El diablo en la botella, se destaca ante todo el sentido de lo moral y de la ética en la conducta del hombre, quien debe conseguir su felicidad y su dicha -las que sin dudas se merece- con su propio esfuerzo, por el buen camino y sin perjudicar a los demás para obtenerlas.
Luego, aparece El ladrón de cadáveres, tenebroso relato y joya del estilo narrativo gótico, en el que dos antiguos colegas se reencuentran y vuelve el pasado sobre uno de ellos, recordando prácticas de medicina macabras con cuerpos conseguidos de maneras poco legales. Todo con el impecable ambiente descrito que oscila entre los momentos de la vida cotidiana y los rasgos horrorosos de la mente perturbada.
Por último nos encontramos con Olalla, relato que habla sobre la degeneración de una familia noble española en tiempos de la guerra napoleónica. Con menos agilidad en su narración, Stevenson propone, de igual modo, una nueva realidad improbable aunque plausible, planteando la soledad de un personaje que buscando recuperar su salud física y mental en un lugar apartado